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Siete de cada diez profesores universitarios no impartían docencia online antes del Covid

Solo la de Vigo revela “cierto dominio” en la enseñanza no presencial, según un estudio | Carmen Morante, decana de Educación: “El uso intensivo del aula virtual es bajo”

Un profesor universitario escribe en una pizarra mientras imparte una clase FRAN MARTÍNEZ

El confinamiento arrojó luz sobre uno de tantos problemas educativos encubiertos. Ni alumnos ni profesores estaban preparados para continuar con sus labores a distancia. Algo ha mejorado desde entonces, pero el conocimiento y uso de herramientas digitales puestos a su disposición para la enseñanza era muy escaso. Sin ir más lejos, una encuesta realizada meses antes de la pandemia revela que siete de cada diez profesores universitarios de Galicia no desarrollaban ningún tipo de docencia online, cuando las facultades, a raíz de la reforma del Plan Bolonia, incorporaron recursos a esa modalidad.

El trabajo, realizado por los investigadores Uxía Regueira, Adriana Gewerc y Martín Llamas, señala que desde la implantación del Plan Bolonia poco se ha avanzado en la digitalización de la enseñanza superior; no lo esperado. En una encuesta a más de 300 profesores de las tres universidades gallegas, antes de la crisis del Covid, el 69% contestó no practicar ningún tipo de enseñanza online. El 22,6% afirmó que al menos un cuarto de su materia sí lo desempeñaba a través de alguna herramienta digital y solo el 2,3% impartían de este modo más de la mitad de sus asignaturas.

En cualquier caso, cabe destacar que las universidades de Vigo, Santiago y A Coruña son centros con una metodología eminentemente presencial. Una circunstancia que resalta Carmen Morante, decana de Educación en la USC y experta en digitalización, quien considera los resultados del estudio “muy coherentes a la realidad”. “Es verdad que somos tres universidades presenciales; no ofertamos docencia online, pero sí tenemos unas herramientas que nos ayudan a garantizar la continuidad del proceso ya flexibilizarlo”, manifiesta. Laura Lojo, catedrática de Filología, concuerda: “Esto no es la UNED, pero eso no significa que no utilices las herramientas digitales que tienes a tu alcance, como el aula virtual”. Por su parte, Morante denuncia que, durante todos estos años que llevan funcionando las herramientas digitales ha sido “una autopista defectuosa”, puesto que “realmente no ha habido una transformación tecnológica apoyada en la tecnología”.

"No ha habido una transformación tecnológica apoyada en la tecnología”

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En opinión de los autores, “a pesar de la relación que guardan el sistema de competencias y el crédito ETCS (sistema de calificación de Bolonia) con las TIC, parece no haber impulsado la enseñanza online”. Y, en esta línea, perciben que “solo la UVigo revela cierto dominio y experiencia en otras modalidades” de docencia no presencial, así como “un desarrollo técnico que sugiere la apuesta institucional por este camino”. “Pensemos en lo que se refiere este dato ante la emergencia vivida por el Covid-19 en invierno 2020”, reflexionan. Además de lo que supone el presente curso, 2020-21, con una gran cantidad de titulaciones sometidas a la modalidad semipresencial.

La profesora Lojo, en disciplina de la USC, es una de las que sí utiliza instrumentos para la docencia a través de la red: “Tengo un aula virtual para cada materia. Hay chats y cuelgo todos los materiales; yo nunca utilizo fotocopias”. Sin embargo, para lo que no los usa todavía es para realizar exámenes. “Plantea muchos problemas de plagio; creo que debemos mejorar mucho en esas herramientas”, confiesa quien durante el confinamiento de marzo se sirvió de videollamadas para realizar pruebas orales en vez de acudir a los test online.

“El claustro está envejecido y prefiere no complicarse”, dice una maestra

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“La realidad es que el uso del campus virtual por parte de los profesores es muy limitado”, apunta Morante, “el porcentaje de docentes que usa la plataforma de manera intensiva es bajo”. Pero ¿por qué? Lojo cree que se debe al “desconocimiento”, aparte de que el claustro de la USC está “muy envejecido” (supera los 53 años de edad, pero en Vigo y Coruña también sobrepasa los 50). “Para mucha gente es una dificultad y prefiere no complicarse la vida”, pronuncia. “Se está dando el caso de profesores que, ante este nuevo panorama en el que por narices tienen que utilizar nuevas herramientas, se jubilan anticipadamente. Se sienten abrumados; no se sienten preparados para afrontar el cambio tecnológico”. Precisamente, la encuesta observa esas mismas “reticencias al cambio” asociadas con la cultura profesional. No obstante, este colectivo se defiende acusando que en los últimos años la función docente no se ha estimulado. Además, en una lectura general de la reforma de Bolonia, creen que esta no ha mejorado la enseñanza.

“Se está dando el caso de profesores que se jubilan anticipadamente. Se sienten abrumados; no se sienten preparados para afrontar el cambio tecnológico”

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Por otro lado, los divulgadores evidencian la “necesidad” de incidir en la formación para transformar los procesos de enseñanza y el rol docente, pese a que solo el 20% de la muestra comenta no haber asistido a ninguna actividad de este tipo en los dos últimos años. Para Morante, esto también es una asignatura pendiente: “Desde que se implantó Bolonia, todas las universidades tienen planes específicos de formación de profesorado, pero el contenido en materia educativa no ha sido el adecuado”. Hasta ahora, esos aprendizajes se han centrado en “cómo utilizar el aparato” y no en desarrollar destrezas didácticas como diseñar materiales digitales. Con todo, y como presidenta de todos los decanos de Educación de España, afirma con rotundidad que “el modelo de digitalización de enseñanza en la universidad hay que revisarlo”. Del mismo modo, también tendrían que complementarse los soportes actuales con otros “más dinámicas” e “interactivas”.

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