La crisis sanitaria está poniendo a prueba la fragilidad de las carteras de los gallegos. Y eso se ve repercutido en todos los ámbitos. También en el educativo. Sin ir más lejos, ayer los rectores de las universidades gallegas alertaron de que ya se dan casos de alumnos que abandonan sus estudios de grado por problemas económicos derivados de la pandemia. Para hacer frente a esta y otras situaciones, juntos reclamaron mayor financiación básica, la que tiene carácter estructural y no está vinculada a proyectos.

Este es el mensaje en que coincidieron Manuel Reigosa (Universidad de Vigo), Antonio López (Universidad de Santiago) y Julio Abalde (Universidad de A Coruña) en su comparecencia ayer en la comisión de reactivación dada en el Parlamento gallego. Allí, los tres analizaron el impacto de la pandemia en la enseñanza superior. Coincidieron en destacar los esfuerzos dados para la digitalización, pese a defender la educación presencial, pero además también insistieron en que los campus gallegos “son espacios seguros” frente al coronavirus –en palabras de Reigosa– que garantizan una enseñanza “de calidad”.

Sin embargo, los tres se mostraron “muy preocupados” , según López, por el impacto que esta crisis está teniendo sobre el alumnado. De hecho, advirtieron de una realidad que se ha agudizado: la desigualdad económica que está haciendo que algunos estudiantes lleguen al extremo de tener que abandonar sus estudios por no poder costearlos. Una circunstancia a la que han intentado poner solución. En la de Vigo, destinaron 700.000 euros a financiar la matrícula de los estudiantes con familias afectadas por ERTE, y unos trescientos alumnos afectados por la brecha digital pudieron seguir las clases desde sus casas con los dispositivos de conexión wifi u ordenadores facilitados por la universidad. En la USC, lanzaron una convocatoria de ayudas para la alimentación. Mientras que en la UDC su rector señaló que unos 200 estudiantes renunciaron a su matrícula por falta de dinero.

También reclamaron todos los rectores mejorar la financiación estructural de los fondos que reciben de la Xunta, en referencia al plan gallego de financiación universitaria 2016-2020 que ha sido prorrogado. En este sentido, y de forma unísona, asimismo exigieron apostar por la investigación. Y es que la financiación y la investigación son las dos asignaturas pendientes que pusieron sobre la mesa. Además, recordaron que llevan años trabajando para vacunas y están inmersas en proyectos que combatan el Covid-19.

En el turno de los grupos parlamentarios, Pedro Puy (PPdeG) aplaudió que las universidades hayan apostado por la docencia presencial en los primeros cursos, pues estos lo necesitan más que los veteranos. Ana Pontón, del BNG, demandó mayor compromiso del Gobierno gallego con estas instituciones porque “tienen muchas fortalezas, pero también muchas debilidades”. Y acentuó que la universidad no era responsable del empeoramiento epidemiológico. Por su parte, Gonzalo Caballero, del PSdeG, se refirió a los alumnos que abandonan las titulaciones por problemas financieros domésticos: “Debe encender las luces de alarma”.