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Correctores de la ABAU urgen a mejorar redacción y ortografía en los estudiantes

En Historia de España se quejan de que utilizan los textos para poner todo lo que saben, venga o no a cuento, y en Lengua ven muy deficiente cómo se expresan en el comentario

Estudiantes en la ABAU del pasado mes de julio en Vigo.

Los estudiantes que llegan a selectividad (ABAU) y aspiran a hacerse con una plaza en alguna de las facultades gallegas llevan en el sistema educativo, sin contar la enseñanza no obligatoria, un mínimo de doce cursos. No obstante, y pese a que cada año quienes superan esa prueba lo hacen con una nota media más alta y que en la última convocatoria, condicionada por la pandemia y con un modelo de examen más flexible, se dispararon las calificaciones elevadas, correctores de la ABAU detectan carencias en ortografía, redacción, presentación, coherencia, capacidad de síntesis o pensamiento crítico.

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Así figura en valoraciones de correctores de Lengua Castellana, Historia de España, Geografía o Química destinadas a docentes en la CiUG, en cuya web, por otro lado, ya pueden consultarse los nuevos modelos de examen para la ABAU de 2021.

Conclusiones derivadas de una encuesta a 88 profesores de julio y 10 de septiembre

Historia de España

Una circular del grupo de trabajo de Historia de España dirigida al profesorado, y a partir de una encuesta que respondieron 88 correctores en julio y diez en septiembre, recoge la “necesidad de mejorar la redacción, la ortografía y la presentación de los exámenes” y advierte de que quienes pretenden acceder a estudios superiores deben asumir que “el dominio de la expresión escrita constituye un requisito básico para lograrlo”.

Además, los encargados de valorar la prueba de Historia de España, una de las asignaturas de las que sí o sí deben examinarse todos los candidatos, “siguen detectando” errores “graves”, como el parafraseado de los textos o la utilización de los mismos “como pretexto para poner todo lo que saben, venga a cuento o no”. Llegan a decir que el problema al corregir es el de “comprender lo que cada alumno (y por tanto cada profesor que le enseñó) entiende por comentar un texto”.

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Lengua Castellana y Literatura

En Lengua Castellana y Literatura lo que trasladan desde el grupo de trabajo es que “sigue siendo prácticamente unánime la preocupación por las dificultades de expresión de muchos alumnos”. Al respecto, apuntan que la expresión en los temas que se aprendieron de memoria (los de literatura) “contrasta con la empleada en el comentario crítico o en el resumen, mayoritariamente muy deficiente”.

“Es perentorio y urgente trabajar la expresión escrita del alumnado”

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“Es perentorio y urgente trabajar la expresión escrita del alumnado”, inciden en sus recomendaciones a los docentes, a quienes animan a trabajar con los estudiantes los comentarios y resúmenes, para que aprendan a leer “comprensivamente”, a “sintetizar” lo fundamental y a aprender a comentar las ideas “sin repetir el texto limitándose a decir que está de acuerdo con lo defendido por el autor”.

Geografía

Los correctores de Geografía, una materia de la que se examina en torno a uno de cada diez aspirantes a entrar en la universidad, también detectan “deficiencias” en análisis y síntesis en el trabajo con documentos y, en lo tocante a la pregunta teórica, señalan que, pese a una “mejora”, sigue observándose “un déficit en la estructuración y claridad de las respuestas”. Asimismo, y aunque en general consideran “bueno o aceptable” el nivel del alumnado en cuanto a contenidos y aplauden una “sustancial mejora” en la precisión y rigor en los conceptos, apuntan que las “mayores deficiencias se observan en la capacidad de análisis”. Así, conceden que el alumnado tiene conocimientos, “pero le falta el hábito de interrelacionarlos”, y otra vez sale a relucir la ortografía, indicada por casi la mitad de los correctores encuestados como “escasa” y donde queda “mucho camino por mejorar” al producirse errores “muy graves y reiterados”. Hasta plantean si no sería necesario evaluar ese aspecto y que conllevase restar puntos. Por otro lado, “siguen” apreciando “una carencia de reflexión previa a escribir”.

Química

En Química ponen el foco en “muchas carencias en los razonamientos” y reprochan la “dificultad en la expresión escrita de las ideas de forma ordenada y con el rigor científico necesario” o apuntan que se trabaja poco el “pensamiento crítico”.

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Sin cambios en el modelo de examen de selectividad: más opciones por la pandemia

 

El curso pasado las autoridades educativas decidieron relajar las condiciones y requisitos que suelen regir el examen de selectividad. Antes de la pandemia la capacidad de elección del candidato se limitaba a una de dos opciones. Para asegurarse de no generar desigualdades en relación a la materia impartida tras meses de confinamiento y de que los jóvenes pudieran lograr la mejor nota al margen de cuánto y cómo avanzaran en el temario, Gobierno y comunidades dieron luz verde a un modelo que permitiera una mayor opcionalidad. Así, por ejemplo, en Lengua Castellana y Literatura, los estudiantes disponían de 8 preguntas de dos puntos cada una y podían elegir las cinco a las que responder.

 

El resultado fue, como publicó este diario, que las mejoras notas se multiplicaron (quienes sacaron un 9 o más subieron un 46%) y, aunque se presentaron muchísimos más aspirantes a un puesto en la universidad, se mantuvo bastante elevado el nivel de aprobados. En Historia de España destacan que el porcentaje de aprobados (más del 70%) y la nota media (superior a 6) es “razonable” dado el escenario de pandemia y el aumento de alumnos.

 

Ese modelo se mantendrá durante este curso: así lo acordaron de nuevo las autonomías y el Ejecutivo central el mes pasado y así se lo trasladan a los docentes los directores de los grupos de trabajo de cada materia de la CiUG. En Lengua Castellana recuerdan que la situación de “excepcionalidad” se mantiene y ello impide volver al modelo de examen previo a la pandemia. Lo mismo informan en otras materias, aunque no faltan las que apuntan ajustes o algún cambio –entre ellas, Lengua o Historia de España, por ejemplo–.

 

En otras, como en Física, explican que algunos docentes que imparten esta asignatura en 2º de Bachillerato les trasladaron su “preocupación” por el desarrollo del curso, teniendo en cuenta cómo se pudo impartir Física y Química en 1º desde marzo. También en Geografía comparten una “preocupación por la excesiva carga del currículo” de la materia.

 

Un sentir que se repite es que el curso pasado fue “atípico”, como señalan desde el grupo de Química, y “no se pueden sacar muchas conclusiones”. Lo que sí aprovechan para reseñar aquello en lo que se hace demasiado énfasis en las clases y en donde, en cambio, hay que insistir. En el caso de Geografía, optativa desde hace tres cursos, perciben confusión entre “efecto invernadero” y el agujero de la capa de ozono, mientras en Química aconsejan evaluación continua para no olvidar lo dado.

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