El número de nacimientos registrados en Galicia en el primer trimestre de 2020 es el peor dato desde que hay registros en el Instituto Galego de Estatística (IGE) –desde 1996–, con solo 3.820. Una cifra que confirma, una vez más, la tendencia de regresión demográfica en la que está sumida la comunidad y que lleva a que la entrada de inmigrantes sea la única vía por la que se gana población, aunque sea poca.

Al dato del escaso número de nacimientos se suma, por otra parte, el incremento de las defunciones. Fueron 9.013 en el primer trimestre, también una cifra alta, aunque no la mayor. No obstante, sí consolida la tendencia de que cada año aumenta el número de fallecimientos en la comunidad, consecuencia, a su vez, del acusado envejecimiento poblacional.

El caso es que Galicia registró entre enero y marzo de este año un saldo vegetativo negativo en 5.193 personas, es decir, que murieron 5.193 personas más de las que nacieron.

Esto arroja un saldo vegetativo que empeora respecto al mismo periodo de 2019, cuando hubo 3.861 alumbramientos y 8.752 defunciones. En todo el año, la diferencia fue 15.668 más fallecimientos que nacimientos.

De hecho, al cierre de 2019 solo cinco ayuntamientos gallegos arrojaban un saldo vegetativo positivo: Ames (+72), O Porriño (+41), Salceda de Caselas (+29), Arteixo (+17), Ribadumia (+2). En el resto de Galicia el saldo fue negativo, incluidas las siete ciudades; donde A Coruña (-879) y Vigo (-826) tuvieron los peores registros. Pero la diferencia entre nacimientos y muertes también fue negativa en Ourense (-580), Ferrol (-499), Lugo (-368), Pontevedra (-251) y Santiago (-215).

Por su parte, los matrimonios descienden en el primer trimestre del año. Fueron un total de 987, lo que supone 258 menos (-20,7%) que los tres primeros meses de 2019.