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Una cuarta parte del suelo urbano no tiene ninguna vivienda

Son en total 38.000 hectáreas vacantes, un dato que debería tenerse en cuenta en el desarrollo de nuevos planes urbanísticos

Solar vacío en Vigo ALBA VILAR

Cada año, la Xunta elabora una memoria sobre la implantación de las directrices de ordenación del territorio en la comunidad. En su última edición, el documento incluyó nuevos indicadores, como el espacio construido destinado a vivienda en suelo urbano y de núcleo rural. La conclusión es que en el 26,85% de esta superficie –al margen del suelo rústico o el urbanizable– no hay edificada ninguna vivienda. Por tanto, son solares o parcelas que en su conjunto suman 38.077 hectáreas que permanecen vacías a pesar de su privilegiada ubicación dentro de los recintos urbanos.

La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda, la encargada de redactar esta memoria que se entregó al Parlamento el pasado lunes, considera transcendental conocer el dato de la superficie destinada a vivienda dentro del suelo urbano a la hora de diseñar los planes urbanísticos, ya que lo conveniente no es añadir más espacio urbanizable en la periferia, sino aprovechar el existente ya, y vacante, en los recintos urbanos para hacerlos más compactos. Aunque también debería tenerse en cuenta para futuros desarrollos la tendencia demográfica o las viviendas vacías.

“La ocupación racional del suelo hace necesario que la planificación de nuevos crecimientos residenciales tengan en cuenta el parque de viviendas construido y su grado de utilización, así como la evolución de la población en los últimos años, la variación del tamaño familiar e incluso el número de personas que habitan bajo el mismo techo, teniendo en cuenta que el esponjamiento del tejido residencial debe reducirse. Se trata de ocupar únicamente el suelo que se necesita realmente”, argumenta la Xunta en su memoria de las directrices del territorio.

Para hacer la radiografía de la comunidad, la consellería cruzó datos catastrales con ortofotos y los planes municipales de 265 concellos, con los que hizo una cartografía que abarca 143.000 hectáreas en las que se concentra la inmensa mayoría de la población gallega. Los indicadores obtenidos deberían servir, entre otros efectos, para evaluar las propuestas recogidas en los planes de los ayuntamientos destinados a nuevos desarrollos urbanísticos.

La conclusión que saca la Xunta es que todavía hay espacio de sobra dentro del suelo urbano y el de núcleo rural para poder ocuparlo con edificaciones residenciales sin recurrir al “esponjamiento” de los existentes. De hecho, en el 17,13% de la superficie analizada no existe ni una sola vivienda levantada. Son 24.291 hectáreas totalmente vacías, de las que una cuarta parte están ubicadas en los sistemas de las ciudades. Y en otro 9,72%, que suponen 13.786 hectáreas, la densidad edificatoria es bajísima, pues no llega a haber una vivienda por cada 10.000 metros cuadrados.

En el polo opuesto, según la memoria de la Xunta, se situarían A Coruña y Santiago. Ambas ciudades contarían con 24 y 8 hectáreas, respectivamente, donde hay destinados a vivienda entre 35.000 y 50.000 metros cuadrados por hectárea. Las ciudades de Vigo y Ourense no figuran en este análisis de suelo vacante porque en la fecha de referencia –julio de 2019–, no contaban con instrumento de planeamiento vigente.

A Coruña y Santiago contarían con 24 y 8 hectáreas, respectivamente

Otro indicador que se debería tener en cuenta a la hora de diseñar futuros desarrollos urbanísticos es la relación entre el parque de viviendas y la evolución demográfica. En Galicia los inmuebles no dejan de crecer y la población, de bajar desde el año 2011, lo que llevaría una sobreoferta muy notable.

En 2018 el número de viviendas en la comunidad ascendía a 1,607 millones, lo que supuso un incremento del 9,46% durante los últimos diez años. Si embargo, la población va en sentido contrario. En 2010 se tocó los 2,8 millones de habitantes y ahora apenas se superan los 2,7.

Estos datos, junto con el suelo vacante disponible, llevan a la Xunta a la confirmación de que “es necesario apostar por la rehabilitación de lo ya construido frente a nuevas operaciones de consumo de suelo o artificialización del territorio”.

El documento también analiza, para entender correctamente la actividad inmobiliaria, la demanda de vivienda protegida en Galicia. El pasado año se cerró con 11.660 solicitantes, lo que supuso un 10,5% más que en 2018, concentrándose los demandantes en Vigo (4.560) y A Coruña (2.389). Pero hay muchos concellos donde no se requiere esta modalidad de vivienda. Concretamente, en los dos años anteriores no se registró ningún demandante en 111 ayuntamientos, estando la mayoría de ellos en las zonas rurales de Lugo y Ourense.

La memoria también hace un repaso por el despoblamiento. Con los datos de 2018 había en total 3.807 entidades singulares de población o núcleo diseminados que no tenían ningún inscrito en el padrón. Como municipios con mayor despoblación de aldeas figuran Ortigueira, con 12, As Pontes de García Rodríguez (82), Muras (53), Ourol (50), As Somozas (47) y Viveiro (41). No obstante, también es significativo el caso del extenso municipios Silleda, con 17 de sus 51 núcleos deshabitados.

Directrices del territorio

La Xunta elabora cada año una memoria sobre el seguimiento de las directrices del territorio que buscan un desarrollo urbanístico más racional.


Más viviendas pero menos población

El parque inmobiliario de Galicia aumenta de forma continua mientras la población inició la senda del descenso en 2011. La brecha se agranda cada año.


265 concellos radiografiados

La Consellería de Medio Ambiente analizó el mapa urbanístico de 265 concellos con instrumentos de planeamiento vigentes.


3.800 núcleos sin habitantes

Tomando como base el padrón de 2018 la Xunta ha identificado 3.807 núcleos o entidades singulares de Galicia sin ningún habitante inscrito en el censo.

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