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El secreto para ser la mejor escuela de España está en Tui

Educación en valores, dinamización del entorno e implicación de las familias, claves del premio nacional al CRA Mestra Clara Torres

Alumnado del CRA Mestra Clara Torres de Tui (foto pre-Covid). FDV

“Ella es como mi madre profesional. Nos ayuda cada día. Nos anima a formarnos más y más, a seguir estudiando y te da todas las facilidades para que lo hagas. Siempre es un sí”, cuenta Fátima Vicente, una de las maestras del Centro Rural Agrupado (CRA) Mestra Clara Torres de Tui, que fue elegida en 2020 como mejor escuela de España por la Fundación Princesa Girona. Se refiere Fátima, que lleva ya 16 años trabajando en el CRA (“un sueño hecho realidad para mí, trabajar en esta zona, en el rural”, apunta la docente), al motor de este centro educativo, María Teresa Domínguez. Su forma de entender la enseñanza ha sido clave en el trabajo de los últimos 21 años en este centro rural agrupado, que unió bajo una misma gestión a las escuelas unitarias de la zona (antes eran 9 y ahora son 6). Y el alumnado sigue acudiendo a la pequeña escuela de su parroquia. Y las familias están absolutamente implicadas en el día a día de las escuelas. También los vecinos participan y colaboran en los proyectos educativos del centro de manera que la escuela está totalmente integrada en la vida de la zona.

¿Las claves para ser considerado el mejor centro de España? La docencia individualizada (en aulas de pocos alumnos y de distintas edades; en la actualidad imparten Infantil, hay 76 alumnos y alumnas en total y 16 docentes -15 mujeres y un hombre-), totalmente vinculados a la zona y a la naturaleza, la apuesta por una educación en valores, la compensación de posibles desigualdades, la orientación educativa y la convivencia en el entorno. María Teresa Domínguez recibió esta distinción unos días antes de jubilarse, lo que supone un ‘broche de oro’ a su brillante carrera como docente. Los mimbres del CRA los fijó junto a la maestra (ya fallecida) Clara Torres. Ambas trabajaron juntas para poner a andar este CRA (que lleva el nombre de Clara) y recuerda María Teresa Domínguez que en su día Clara fue su maestra de clases particulares en la parroquia de Areas.

Una visita Real a la premiada escuela rural de Tui, entre anécdotas y filloas

Una visita Real a la premiada escuela rural de Tui, entre anécdotas y filloas Carlos Ponce / Ricardo Grobas

El jurado de la Fundación Princesa de Girona destacó en el fallo que esta escuela rural es “un ejemplo de dinamización de entornos rurales a través de la participación e implicación de las familias y de los miembros de la comunidad de la que forma parte”. Esa dinamización junto a una apuesta muy potente por la formación del profesorado ha permitido al CRA estar siempre a la cabeza en metodologías y en implantación de tecnologías, convirtiéndose en referente en educación innovadora, sin que esa fórmula de CRA (centro rural agrupado) haya supuesto un ‘handicap’ para estar en la vanguardia educativa, como se refleja en la manera de enseñar y aprender en sus seis unitarias: Caldelas, Baldráns, Guillarei, Ribadelouro, Areas y Pexegueiro.

“Yo creo que una de las claves es el trato personalizado y próximo con los niños y las familias. En un aula de 25 es muy difícil pero en una de 8 podemos hacerlo. Conoces a cada niño a la perfección, sus circunstancias, las características familiares. Llegas a todos y muy bien. Años después te encuentras con alumnos y te siguen diciendo: mi maestra, mi profe”, comenta Fátima. Marita Alonso dirigió durante un tiempo la Asociación de Padres y Madres de Alumnos (ANPA). Sus hijos, en la actualidad de 17 y 18 años, estudiaron en el CRA. “Todavía lo comentaba el otro día con otras madres: fue la mejor etapa de la enseñanza de mis hijos. Cuando todavía no se hablaba mucho de trabajo en equipo, por proyectos, con la participación de los padres, aquí ya se hacía. Tenían la mochila viajera, los niños recopilaban refranes y cuentos populares, íbamos continuamente de excursión, había citas comunes y fiestas para el alumnado de todas las unitarias... Los niños de distintas edades que conviven son más solidarios, se ayudan entre sí. Y creo que son más independientes. Es una enseñanza fantástica”, añade esta madre.

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