"El país de los mil ríos", que decía Álvaro Cunqueiro, o el territorio en el que el agua se creía que era ilimitada no lo era. Ni mucho menos. Entre 2014 y 2019, la comunidad gallega tuvo déficit de lluvias, y hasta se declaró la alerta por sequía en toda Galicia en 2016. Pero, durante el último año hidrológico (de octubre de 2019 a septiembre de 2020), las precipitaciones han recuperado los valores normales y se recogió un 10% más de agua que la media de las últimas décadas.

El año hidrológico 2019-2020 es calificado por el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Galicia, Francisco Infante, como un "año más húmedo de lo normal".

Durante este periodo se recogieron de media 1.540 litros por metro cuadrado. Fue un 110% del valor habitual (1.400 litros), que se extrae del periodo entre 1981 y 2010. Dicho de otra forma, el superávit de lluvias entre octubre del año pasado y septiembre de este fue un 10% superior a la media de ese periodo.

Sin embargo, hubo diferencias por zonas. En el norte de Pontevedra y el suroeste de A Coruña, las lluvias superaron en un 25% los valores normales. Por el contrario, hubo un déficit "pero muy ligero" en el norte de A Coruña y Lugo. "Ahora entramos en un periodo de lluvias habituales en otoño e invierno por lo que la situación no resulta problemática", reconoce Infante.

El último año hidrológico ha roto con cinco años de déficit de lluvias, aunque, salvo un ejercicio, no superaron el 10%. "Un 10% por encima de la media o un 10% por debajo son valores dentro de lo normal", explica Infante, sobre todo en una comunidad como la gallega en la que las lluvias son abundantes. "Hay otros lugares en los que llueve menos de la mitad de lo que cae en Galicia", añade.

El delegado de la Aemet en Galicia también destaca que el índice de precipitación que manejan a tres, seis y doce meses "está dentro de los valores normales".

En el año hidrológico 2014-2015, el déficit de lluvias fue de un 7%. El ejercicio siguiente se caracterizó por la ausencia de precipitaciones que obligó a imponer, primero, la prealerta por sequía y después extender la alerta a todo el territorio. Llovió un tercio menos de lo habitual. Fue el tercer año más seco desde que hay registros (1951). Pero con muy poca diferencia respecto a 2007, el año con mayor déficit hídrico, y 1953. Entre octubre de 2016 y septiembre de 2017, la comunidad gallega registró una precipitación media anual de 945,9 litros por metro cuadrado, lo que supuso un 33% por debajo de los 1.408,3 l/m2 , que es el valor considerado normal. En 2007, el nivel de lluvias se quedó en 912,2 litros por metro cuadrado y en 1953 no llegó a 919.

En el año hidrológico 2017-2018 volvió a haber déficit de lluvias en la comunidad gallega (-7%), al igual que en el de 2018-2019 (-10%).