"Es una partida contra la muerte", alertan las autoridades sanitarias. Sin colaboración y respeto ciudadano al confinamiento, Ourense no podrá desactivar "la bomba vírica" en que se ha convertido la expansión del coronavirus en Galicia. Sanidade llamó ayer al compromiso de los vecinos para ganar "una partida contra la muerte" después de revelar que la incidencia en la capital ourensana cuadruplica la media gallega. La comunidad sumó ayer cuatro muertes, dos en Verín.

Respecto a la presión hospitalaria, el gerente del Sergas, José Flores, admitió que la situación en Ourense es "preocupante", si bien la capacidad asistencial está "completamente garantizada", dada la ocupación actual tanto de camas de hospitalización como de UCI, que se encuentra a un tercio de su capacidad. Ayer había 72 pacientes hospitalizados: 49 en planta en la capital además de 9 en UCI, 9 en Verín, 5 en O Barco y 2 en Cosaga.

El conselleiro, Julio García Comesaña, anunció que se ha activado el plan de contingencia que incluye, entre otras medidas, la revisión diaria de la programación quirúrgica, priorizando las intervenciones oncológicas y de prioridad 1. Además, está en alerta todo el sistema gallego de salud "por si fuese necesario reordenar recursos o pacientes llegado el momento".

En los niveles que establece la Xunta para adoptar medidas restrictivas, la reducción de la movilidad figura en el punto 4, cuando la situación es grave y requiere cerrar accesos y establecer un cinturón de seguridad con las localidades limítrofes. El siguiente paso, nivel 5, sería el confinamiento total. Regresar al mes de marzo.

Restricciones en la provincia de Ourense publicadas en el DOG

Desde la medianoche de este jueves, se aplica el cierre perimetral de la ciudad de Ourense y Barbadás, donde ya no se puede entrar ni salir si no es por motivos sanitarios, laborales o educativos. Desde hoy, bares y cafeterías de Ourense y Barbadás no pueden servir en el interior y los restaurantes a no más de 5 personas por mesa que sean convivientes.

Los 26.000 vecinos de la comarca de O Carballiño -más los 143.000 de los concellos de Verín, O Barco, Barbadás y Ourense- ya no pueden reunirse si no conviven, un golpe social en el rural.