La entrada en vigor del carné por puntos en 2006 y la reforma penal para los delitos de tráfico de finales de 2007 fueron claves en la reducción de la accidentalidad en carretera. La amenaza de la pérdida del permiso de conducir y el ingreso en prisión trajeron consigo cambio de comportamiento de los más infractores al volante. Pero más de 15 años después del sistema por puntos, una revisión que quedó pendiente de la pasada legislatura, el balance de los conductores sentados en el banquillo por delinquir en carretera vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de penalizar las conductas con más incidencia en la accidentalidad viaria. Tras años con una tendencia a la baja, la comunidad gallega alcanzó el año pasado la cifra más alta desde 2012 de delitos de tráfico: un total de 9.258. Son una media de 770 cada mes, un 27,1% más que los 7.274 incoados en todo 2018, según datos de la Fiscalía Superior de Galicia.

El techo de infracciones penales detectadas en las carreteras gallegas se había alcanzado en 2011, con más de 11.000. Solo ese año y en 2009 se rebasó la barrera de los 10.000 delitos viarios. Y solo estos dos ejercicios junto con 2012 -este con 9.840 procesos incoados- superaron las negras estadísticas de delincuencia al volante de este año, que suponen casi el 8% de todos los delitos incoados en los tribunales gallegos (más de 118.000).

Durante los últimos cinco años, en las carreteras gallegas fueron detectados 37.860 delitos contra la seguridad vial. Por estos hechos fueron llevados a juicio durante ese periodo más de 27.500 conductores, un total de 6.731 en 2019 -un 25% más que el año anterior y la cifra más alta desde 2014 (entonces fueron 7.466 automovilistas juzgados en la comunidad)-.

Por provincias, Pontevedra y A Coruña con, por este orden, las que presentan las peores estadísticas de delincuencia viaria. En la red viaria pontevedresa se detectaron el año pasado casi 4.600 delitos viarios, casi el 50% de la comunidad y un 56,3% más que los apenas 3.000 incoados en 2018. En A Coruña fueron incoadas 3.008 infracciones penales en carretera, el 32,5% del total y un 12,2% más que el ejercicio anterior. El volumen de casos llevados a los tribunales de Lugo y Ourense son muy inferiores: 672 y 981, respectivamente. En el mapa de la delincuencia al volante de la comunidad, Lugo es la excepción, ya que es la única provincia donde disminuyeron (-7%). En Ourense, el repunte de los delitos viarios el año pasado fue del 4,5%.

Conducir con altas tasas de alcohol o ponerse al volante tras haber consumido drogas es el delito que más se repite en la red viaria gallega. Casi seis de cada diez casos incoados por infracciones penales en carretera son por haberse tomado una copa de más o consumir cocaína, cannabis o alguna sustancia estupefaciente. En 2019 fueron incoados por estos hechos un total de 5.362 casos, un 22,25% más que los detectados el año anterior. De todos los delitos cometidos en Galicia, la conducción bajo los efectos del alcohol y/o las drogas es el sexto en número y representa el 4,5% de las infracciones penales investigadas en la comunidad.

Por conducir sin permiso, bien por no haber pisado nunca una autoescuela o por haber agotado todo el saldo de puntos o por una retirada por orden judicial, se abrieron casi 3.500 procedimientos en los juzgados gallegos, un 32,18% más que un año atrás.

El resto de delitos viarios suman pocos expedientes en la comunidad pero en todas la categorías experimentaron un aumento el año pasado. Así, por negativa a realizar la prueba de alcohol y/o drogas se detectaron 233 casos, un 27,3% más que en 2018. Por conducción temeraria, 92 (el triple que el año anterior), 61 por circular a velocidades estratosféricas (+60,5%) y dos por conducir con desprecio a la vida de los demás ( un año atrás no se había registrado ningún caso).

De los más de 6.700 conductores llevados a juicio el año pasado, de Pontevedra se sentaron en el banquillo 3.222 y 3.221 por delitos en las carreteras de A Coruña. Los juzgados de Lugo celebraron 490 vistas por delitos viarios y los de Ourense, 792. Solo por alcohol y/o drogas fueron calificados 3.940 casos y por conducir sin licencia, 2.523.