La pandemia, además del coste de vidas humanas y el daño a la salud de las personas, ha enfermado también a la economía y su recuperación se prolongará más allá de la aparición de una vacuna y además no se librará de secuelas. Ése es el diagnóstico que ayer trasladó en el Foro la Toja el vicepresidente del Banco Central Europeo, (BCE) Luis de Guindos, que avisó que para volver a niveles de PIB anteriores a la crisis sanitaria habrá que esperar a finales de 2022. Y la recuperación será además "desigual" por sectores y "asimétrica" por países". En este sentido, advirtió que en los países con "mejor comportamiento de sus instituciones" la evolución tanto económica como sanitaria será más favorable. "La gobernanza es clave para marcar como un país reacciona frente a una crisis", defendió en un mensaje que se puede interpretar como un dardo hacia el Gobierno de Pedro Sánchez, puesto que España está entre los países del mundo con más casos de Covid-19.

En la segunda jornada del Foro de la Toja se abordó la respuesta de Europa ante la pandemia en un panel de expertos en el que coincidieron De Guindos y Mariano Rajoy además del exministro italiano Enrico Letta y el politólogo Ivan Krastev.

El vicepresidente del Banco Central Europeo dibujó en primer lugar el escenario actual que ha dejado la pandemia: una caída del 8 por ciento en el PIB de la UE en el segundo trimestre del año. El exministro de Economía espera que en el tercer trimestre de este año la situación comience a mejorar en una evolución "intensa y rápida", pero que posteriormente se irá moderando.

"La recuperación ya se ha iniciado pero será incierta, incompleta y desigual", advirtió De Guindos. Será "incierta", según explicó, porque dependerá de que salga al mercado la vacuna. En todo caso, a pesar de las incógnitas hay algo que el exministro tiene claro: no habrá otro confinamiento general. "La respuesta será mucho más específica y centrada en situaciones concretas", consideró.

En cuanto a la inflación el vicepresidente del Banco Europeo aseguró que continuará en valores negativos por la caída de la demanda y los precios de la energía. Confía que empiece a recuperarse el próximo año en paralelo a la economía, aunque en 2022 se situará en un crecimiento del 1,3 por ciento, aún lejos del objetivo de estabilidad de precios del BCE.

Respecto al empleo, De Guindos explicó que los ERTE han atenuado el incremento del paro y, por eso, su evolución no se corresponde con la de la situación económica. Pero dio un dato que refleja el eventual impacto sobre el mercado laboral: las horas trabajadas cayeron un 10 por ciento en el segundo trimestre del año.

¿Y cuál ha sido la reacción de Europa? De Guindos salió en defensa de las medidas adoptadas. "La respuesta de política económica no tiene precedentes en la UE: el Banco Central Europeo inyectó liquidez y no se endurecieron las condiciones financieras de acceso a los créditos".

En cuanto a la salud de los bancos, el exministro de Economía advirtió de la "escasa rentabilidad" de las entidades financieras. Por ello, advirtió que deberán "reducir costes y eliminar la capacidad excedentaria". "Las fusiones no son una finalidad en sí misma, pero pueden suponer una mejora", defendió.

Como conclusión vaticinó que la pandemia dejará "cicatrices permanentes" en la economía como el aumento de la deuda pública en relación al PIB de los países y un mayor endeudamiento de las empresas. "A corto plazo no hay alternativa. Hay que gastar, pero hay que gastar bien", señaló. Pero eso sí, "cuando pase todo habrá que volver a la sostenibilidad de las finanzas", avisó.