En una alocución que convirtió casi en una clase magistral sobre el equilibrio de fuerzas en el mundo en medio de una pandemia, el presidente de la República de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, resumió la clave de la recuperación en una palabra: "felicidad". "Si no cuidamos de las personas fallaremos en lo fundamental", advirtió. Tras esta sentencia dio su visión del mundo y sus recetas para la reconstrucción, un proceso en el que la UE debe de tener un papel fundamental, a su juicio. El mandatario luso defiende que la Unión Europea debe erigirse en "potencia" y actuar rápido. Se precisan, en su opinión, planes a medio y largo plazo porque la crisis económica "va a durar años" y urgió a Bruselas que los fondos para la recuperación lleguen a los estados miembro "lo más pronto posible".

"Uno de los políticos más queridos", como lo definió el presidente de la Xunta, acudió al Foro La Toja de la mano de Felipe VI, de quien se deshizo en elogios. En medio de la crisis que sufre la Corona y las tensiones con el Gobierno, el presidente de la República de Portugal echó un capote al monarca: "alabo el carácter, la honradez, la ponderación y el sentido de Estado del Rey en este periodo tan difícil y doloroso". Y dirigiéndose a Felipe VI en castellano le felicitó por seguir siendo un símbolo de España". Sus elogios fueron correspondidos por el monarca, que agradeció su "amistad y cariño".

Tras las palabras de cortesía, Rebelo de Sousa entró en materia y analizó el impacto de la pandemia en el orden mundial. A su juicio, la comunidad internacional "falló". "Se equivocó al descubrir la pandemia tarde y al mudar de opinión tantas veces", advirtió.

En su opinión, quedó en evidencia "un multilateralismo imperfecto". Es decir, falló la cooperación entre países. "Los grandes poderes quisieron actuar solos, con egoísmo y aislacionismo", lamentó.

Y si este "multilateralismo" no funcionó correctamente, se impuso, por otro lado, según la visión de Rebelo de Sousa, un "bipolarismo" que fue en aumento. Por un lado, situó a Estados Unidos y, por el otro, a China.

Por esa razón, el presidente de la República de Portugal considera que la UE debe erigirse en "una potencia política y estratégica". "Que actúe unida y que actúe rápida", reclamó. "Precisamos de la Unión Europea para que haya más equilibrio en el mundo", demandó. Así, reclamó que las ayudas del nuevo marco presupuestario europeo correspondientes a 2020 lleguen "este año" y que los fondos del plan de recuperación se concedan "lo más rápido posible": "al inicio de 2021", según concretó.

Y de la misma manera considera fundamental reforzar la "cooperación" y la "fraternidad" entre España y Portugal.

En su reflexión Rebelo de Sousa puso sobre la mesa las debilidades que evidenció la pandemia de coronavirus. Se trata de "algunas antiguas y otras nuevas". Y citó: "está el problema del avance en lo digital, de los avances en ciencia y tecnología, hubo problemas de movilidad, de salud, de educación, de seguridad social..."

Y esta crisis se produce además en un contexto, a su juicio, de auge de "movimientos populistas e inorgánicos". "Nacen por culpa de democracias, sistemas políticos e instituciones que envejecieron y se distanciaron de las personas, miraron su propio ombligo y no a los pueblos", lamentó.

En su opinión, no fueron capaces de "reinventarse" y "dejaron un vacío que otros ocuparon". Pero el presidente portugués advirtió "no hay democracia sin libertad ni pluralismo". Por eso, defiende que las "democracias europeas tienen que renovarse". "Si no lo hacen sucumbirán a los populismos", advirtió.

El Covid-19 deja otro desafío, según el análisis de Rebelo de Sousa: "resolver la emergencia inmediata equilibrando la defensa de la vida y la salud con la apertura económica y social". En su opinión, una cosa no puede hacerse sin la otra.

En su opinión, los gobernantes deben "hablar claro a sus ciudadanos" y no hacer un discurso "demagógico". "No deben prometer más de lo que puedan hacer", recomendó. Y, por último, abogó por luchar contra "las injusticias y las asimetrías". "Ahora tenemos una oportunidad única para manifestar ese compromiso", apuntó el presidente de Portugal.