Una de las demandas de los ayuntamientos es ya no solo poder gastar el superávit de los últimos ejercicios, sino los remanentes de tesorería. Es decir, los ahorros acumulados que desde que se aprobó la Ley de Estabilidad Presupuestaria en 2012 están bloqueados en los bancos para garantizar el equilibrio de las cuentas locales y que los consistorios incurran en déficit. En Galicia, los ayuntamientos superan los 1.200 millones de euros en remanentes. Solo diez concellos suman más de 660 millones que no pueden gastar, con Ourense a la cabeza (150 millones, el 12% del total en la comunidad, seguido de Vigo (140 millones) y A Coruña (103 millones).

Expertos en administración local celebran la suspensión de la regla de gasto, pero lo consideran un "parche" a una reforma que debería ser más amplia. "Se dispondrá de más fondos, pero solo el superávit no los remanentes, y solo para cuestiones tasadas. Los ayuntamientos tienen para un buen filete y solo pueden comer ensalada", cuestiona Alberto Vaquero, profesor titular de Economía Aplicada en la Universidade de Vigo.