Aunque el presidente de la Xunta situaba ayer dentro de la "normalidad" el inicio de curso y veía "fundamental" que la vuelta a las aulas fuese un "éxito" en un curso "excepcional" por la pandemia, para lo que instaba a la "responsabilidad y al compromiso", las imágenes que la reincorporación a las aulas dejó fueron menos típicas que lo habitual. Incluyen huecos en las aulas por padres que decidieron no enviar a sus hijos sumándose a la huelga de los sindicatos o por otras razones y huecos también entre los docentes por el paro, además de anécdotas de colegios que arrancaron con su equipo directivo y parte del profesorado en cuarentena, como el de Meis o un padre detenido en A Coruña por llevar a su hijo sin mascarilla.

Según trasladó la Consellería de Educación, la apertura del curso discurrió con normalidad, con la excepción de ocho centros que no pudieron comenzar hoy las clases porque no han finalizado las obras en sus instalaciones.

Otra "incidencia" fue el paro convocado por los docentes y secundados por las anpas públicas, que el conselleiro, Román Rodríguez, aseguró "no entender" y cuyo seguimiento entre los docentes la Xunta reduce al 12,16%. Los sindicatos, a los que no han convencido las alternativas -como la semipresencialidad- puestas sobre la mesa por Educacion, han cuestionado la sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia a su impugnación de los servicios mínimos, que da la razón a la Xunta. La CIG ironiza llamándolos "servicios máximos" y denuncia que "el 80% del profesorado de infantil y el 60% de primaria no pudo secundar la huelga" y sindicatos como STEG apuntan "amenazas de apertura de expediente a algunas direcciones que quisieron garantizar el derecho de huelga del profesorado de sus centros". En todo caso, la jornada dejó imágenes como docentes vestidos de negro en protesta en Vigo o movilizaciones en diversos puntos adaptadas al virus.

Desde la Confederación de Anpas Galegas, que invitó a vestir un brazalete o lazo ne gro en protesta por las políticas educativas de la Xunta, volvían a insistir ayer en la "total falta de operatividad y la irresponsabilidad" de Educación.

Entre las incidencias, el CPI Mosteiro-Meis, pese a que un positivo ha dejado en cuarentena a todo el equipo directivo, a la orientadora, al conserje y a parte del profesorado, iniciaba el curso con normalidad a instancias de la Jefatura Territorial. En el CEIP de Xove, en obras, solicitaron retrasar la vuelta y, al no ver cumplida su petición, la directiva dimitirá.

Del inicio de curso también habló la oposición: la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, denunció la "improvisación continua" de la Xunta y pidió "protocolos claros y consensuados que no cambien cada día" y Gonzalo Caballero, secretario xeral del PSdeG, cuestionó que la Xunta "no tomaron ninguna decisión importante" para el inicio del curso escolar, que sin "ninguna contratación extraordinaria" de docentes.