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Francisco Conde, un premio a la figura emergente

El nuevo vicepresidente entra en las quinielas para la sucesión con su ascenso

Francisco Conde, a la izquierda, y Alfonso Rueda. // Xoán Álvarez

El 2 de diciembre de 2012, Francisco Conde cambió de vida. Salió de las sombras, donde ejercía de asesor de Alberto Núñez Feijóo desde la llegada de este a la Presidencia e la Xunta, y pasó a la primera línea pública, asumiendo la cartera de Economía en la Xunta. Su jefe le encomendaba relevar a Javier Guerra y asumir el reto de salir de la crisis económica. Ocho años después, su carrera ha dado un salto cualitativo más, al ser nombrado vicepresidente segundo, un estatus similar al de Alfonso Rueda, una decisión simbólica en la que parece la última legislatura de Feijóo -aunque también dijo que no gobernaría cuatro legislaturas hace cuatro años-. Si se establece una quiniela sucesoria, las nuevas atribuciones de Conde lo señalan como un primum inter pares, a la vez que se desdibujan las opciones de un Rueda que siempre ha vinculado su carrera a la de Feijóo, apartándose de esas especulaciones. Aun así, en esa terna figuran nombres como el de Diego Calvo, presidente del PP de A Coruña, que sigue fuera del Consello, pero con opciones en esa pugna. En el partido, sin embargo, insisten en que no existen claves sucesorias en el nuevo gabinete.

Profesor de Economía Aplicada, casado con una periodista y padre de dos niños, su vida ha supuesto un puente aéreo entre Galicia y Madrid durante los últimos años. Natural de Monforte y nacido en 1968, Conde ha mantenido un perfil bajo, acorde con los gabinetes de Feijóo, cuyo presidencialismo es marca de la casa. Su figura eclipsa a un equipo de gestores, que también parece menos expuesto gracias a la figura del jefe de filas.

Cuando Conde llegó al Consello de la Xunta en 2012, aunque sus decisiones ya influían sobremanera en él, fue precisamente cuando Feijóo nombró por primera vez un vicepresidente: su hasta entonces incuestionable mano derecha, Alfonso Rueda, que en aquel momento era también secretario xeral del PPdeG y el gran responsable de evitar grietas internas durante los cuatro años del bipartito.

Aunque este se mantiene como vicepresidente primero y Conde ostenta una Vicepresidencia segunda, la figura emergente dentro de la Xunta que debe comandar la recuperación económica ante una crisis que empequeñecerá, según profetiza Feijóo, la recesión financiera de hace una década es la de Conde. Pierde las competencias en empleo -se crea una Consellería de Emprego e Igualdade-, pero estas son limitadas, como alegaba Feijóo hace una década y las cifras de parado se le acumulaban.

Fondos europeos

Conde, cuyo paso adelante también quedó patente cuando encabezó la lista popular por Lugo en 2016 y el pasado julio, dirigirá Economía, Empresa e Innovación. Feijóo valora su gestión en problemas como el futuro de Alcoa, As Pontes o el sector naval. Pero, además, está al cargo de proyectos estratégicos como el impulso al sector de los drones en el aeródromo de Rozas (Lugo) y, sobre todo, los tres que pretende impulsar la Xunta para captar fondos europeos para paliar las consecuencias del Covid-19, contribuyendo a una economía más verde, circular e innovadora. Con un centro para transformar purines en biogás, una fábrica de material textil a partir madera y una planta para generar hidrógeno la Xunta aspira a una inversión de 1.300 millones de euros.

Acceder a esa bolsa de recursos europeos es prioritario para Galicia, ante la incertidumbre sobre los recursos públicos disponibles los próximos años, pues la crisis amenaza con un desplome de los ingresos y la obligación de acometer recortes.

Frente a esa supervicepresidencia económica, Rueda mantiene áreas de perfil bajo, como son Presidencia y Xustiza, al estar libre de negociar los acuerdos con los funcionarios, pues Función Pública sigue en manos de Facenda.

Sin embargo, el que también es presidente del PP de Pontevedra sí recibe un encargo de enjundia: turismo. La pasada legislatura, fue Román Rodríguez quien dirigió este campo determinante para la economía gallega, que incluso llegó al nombre de la consellería, relegada antes a un departamento de rango inferior.

Rueda, que es junto a Rosa Quintana el único superviviente del primer equipo de Feijóo, tendrá la tarea de comandar la "reformulación" del Xacobeo 2021, con el que Feijóo soñaba como palanca de despegue económico y que ahora debe readaptarse a toda prisa a las "nueva normalidad" del Covid-19.

La hemeroteca contribuye a destacar el simbolismo del nombramiento de Conde como vicepresidente. La última vez que la Xunta contó con dos vicepresidentes fue en 2004, la última etapa de Manuel Fraga. Una de ellas estaba en manos de Alberto Núñez Feijóo. La otra, en las de Xosé Manuel Barreiro. Los dos fueron los que compitieron por suceder al león de Vilalba tras la pérdida de la mayoría absoluta en 2005, proceso del que salió victorioso el primero.

Señalar a Conde como delfín resulta precipitado porque restan cuatro años de legislatura y la dureza de los tiempos que se avecinan hacen pensar que todavía queda mucho por hacer en San Caetano antes de pensar en estas cuestiones, pero su nombre aparece ya en primera línea, a pesar de su escasa vida orgánica dentro del PPdeG, al que no estaba afiliado cuando fue nombrado conselleiro en 2012.

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