Siguiendo una estrategia similar a la del palo y la zanahoria, el BNG pergeñó ayer un plan de reconstrucción para superar la crisis del coronavirus que pidió seguir a Alberto Núñez Feijóo, reelegido presidente de la Xunta, aunque combinó esa oferta con una retahíla de reproches al titular del Ejecutivo, al que afeó su falta de previsión en el diseño de una vuelta al colegio "segura" y su parapeto en el Gobierno central para no asumir sus responsabilidades en cuestiones como la gestión de las residencias de mayores durante la pandemia.

La nacionalista Ana Pontón subió a la tribuna de comparecientes para participar en la segunda y última jornada del debate de investidura de Feijóo. Lo hizo consciente del nuevo momento del BNG, que no solo sorpassó al PSdeG, sino que batió su récord de escaños con 19. La escena política, en los actuales tiempos revueltos, supone un regreso a los años 90, aunque con mayor dominio nacionalista sobre el socialismo, tras la desaparición del espacio político de las mareas, Podemos y Anova.

La tarea del Bloque pasa por dejar claro su proyecto para apuntalar su liderazgo de la oposición. Para ello, Pontón planteó una serie de propuestas para esbozar los ejes de su alternativa. "Esta debe ser la legislatura de los grandes acuerdos a favor de Galicia. No son tiempos de cortoplacismo, de partidismos estériles o de absolutismo ciego y sordo cuando nos estamos jugando el futuro y cuando está en riesgo la vida de las personas", avanzó.

La mano tendida fue seguida de palos. "Los gallegos esperan soluciones, anticipación y capacidad de liderazgo. Por eso, señor Feijóo, su discurso es tremendamente decepcionante y preocupante", arremetió, acusando al presidente de la Xunta de "no asumir sus responsabilidades ni reconocer los problemas y errores de su gestión".

Para fiscalizar la gestión autonómica, Pontón anunció que su grupo propondrá la creación de una comisión de investigación sobre la gestión de las residencias de mayores -la oposición dispone de capacidad para forzarla- y reclamó a Feijóo que intervenga todos esos centros privados "mientras dure el Covid-19".

La primera prioridad para Pontón debe ser una "agenda social" y "revertir los recortes" de los que culpó a Feijóo, cuyo presupuesto aún no ha recuperado los niveles previos a la crisis financiera de 2008. En este punto, pidió destinar 200 millones de euros a un plan para fortalecer la Atención Primaria y dar estabilidad laboral al personal sanitario. "Usted hizo del Servizo Galego de Saúde (Sergas) la mayor empresa de trabajo temporal de Galicia", resumió la nacionalista. En el ámbito educativo, abogó por dar mascarillas gratis a los alumnos desde el inicio del curso.

También incidió en propuestas centrales e históricas de su formación para afrontar la reactivación económica que no suscitan posibilidad de encuentro con el PP. Por un lado, "avanzar en una tarifa eléctrica gallega, estableciendo un porcentaje de participación pública en el desarrollo de las energías limpias y recuperando la gestión pública de las centrales hidroeléctricas". Por otro, en la demanda de un concierto económico similar al cupo vasco, que Feijóo desdeñó, al igual que la "anacrónica" petición de crear una banca pública gallega.

También urgió sacar Ence no solo de la ría de Pontevedra, "sino del Consello de la Xunta", en alusión a una política de "puertas giratorias" que prima a la citada empresa.

En el terreno político, Pontón apostó por un aumento del autogobierno como palanca para superar en mejores condiciones la crisis. En este punto, reprochó a Feijóo vaivenes en función del interés político. "Galicia sufre las consecuencias de once años donde usted pasó de la sumisión a Rajoy a la confrontación estéril, simplemente porque no gobernaban los suyos", arremetió la nacionalista.

La líder de la oposición propuso defender ante el Gobierno central una justa distribución de los fondos europeos, la renovación del sistema de financiación autonómica, caducado en 2014 , y elevar la autonomía municipal.

Impuesto de sociedades

Concretamente, abogó por, a falta de un concierto económico, gestionar en Galicia el 100% del impuesto de sociedades para contar con 1.500 millones de euros al año y derogar la Ley Montoro de 2012 que impide la reinversión del superávit municipal. Nada dijo sobre la propuesta del Gobierno para la cesión de estos ahorros a sus arcas para sortear esa restricción, que solo apoya el PSOE.

Durante su intervención también aprovechó para echar en cara a Feijóo promesas pasadas incumplidas, como el intento de que Pemex estableciese su base logística de Europa en Galicia, la llegada de AVE en 2015, la rehabilitación de 10.000 viviendas para alquiler de jóvenes o las ampliaciones de los hospitales de Pontevedra y A Coruña, estas últimas en trámites.