El abogado del Estado jefe en Galicia, Javier Suárez, explicó ayer que se "está estudiando aún" la sentencia del Juzgado de Primera Instancia Número 1 de A Coruña que ha condenado a los herederos de Francisco Franco a devolver el pazo de Meirás al Estado, pero no descarta que se pueda realizar "algún tipo de ejecución provisional" de este fallo, de forma que la familia del dictador ya no pueda seguir ocupando este inmueble hasta que exista una resolución judicial firme.

El fallo del juzgado es recurrible, primero ante la Audiencia Provincial y luego ante el Supremo, y los abogados de los herederos ya anunciaron que la apelarán, por lo que la resolución final aún puede tardar unos años, si se agotan todas las instancias. El abogado del Estado así lo recordó, pero tampoco descartó que se puedan "explorar" otras vías, como contempla la ley. Matiza que aún no han llegado a ese momento.

La ley permite la ejecución provisional de una sentencia, aunque es una posibilidad muy remota en este caso. Si se solicitase y después fuese revocado el fallo, habría que restituir la situación al estado anterior y podría dar lugar a indemnización por los perjuicios de dicha ejecución.

Javier Suárez, preguntado sobre si los fundamentos de este fallo judicial podrían servir de base para solicitar también la devolución de la Casa Cornide en A Coruña, declaró que desconoce las "peculiaridades" de este asunto pero apuntó que "puede haber aspectos" que sí "dejen abierta esta vía", debido a que la sentencia del juzgado es "muy contundente y clara en el armazón fáctico de la demanda", está "sólidamente argumentada" y

además deja constancia, respecto a la prescripción, de la importancia de tener en cuenta las circunstancias históricas a la hora de justificar la presentación "tardía" de esta demanda.

La Abogacía del Estado realizó estas declaraciones ayer en la Delegación del Gobierno, donde el delegado, Javier Losada, declaró que el fallo es una "alegría", además de una "victoria democrática y del Estado de derecho".

Losada recordó que la jueza admitió toda la argumentación del abogado del Estado, no reconoció ninguna cuestión de la defensa de la familia Franco, por lo que la sentencia es "contundente". Agregó que esto supone que "la Ley de Memoria Histórica funciona".

La fundamentación de esta sentencia del juzgado puede servir de base para una posible acción similar con la Casa Cornide de A Coruña, ahora mismo en trámite de su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC).

La alcaldesa, Inés Rey, anunció en julio que el Concello de A Coruña iniciaría "acciones judiciales" para reclamar esta propiedad también en manos de la familia Franco, porque la había conseguido "de manera fraudulenta" por lo que este fallo judicial puede ser un buen precedente. De hecho afirmó que ya estaba en elaboración un informe histórico-artístico, que estaría listo en "cuestión de meses" y luego se iría al juzgado.

La RAG quiere los libros

La Real Academia Galega (RAG) celebró esta resolución judicial que determina que los herederos del dictador deben devolver el pazo de Meirás a la ciudadanía. La academia recuerda que este pazo fue de la escritora Emilia Pardo Bazán, cuyo legado documental y bibliográfico custodia esta institución. Por esta razón, la RAG espera que esta sentencia "facilite la recuperación de los libros de la escritora que aún continúan en Meirás, unos 3.200 de los más de 11.000 volúmenes que llegó a reunir en su biblioteca personal". Esta institución solicita que el conjunto de la biblioteca de Pardo Bazán "sea declarado Bien de Interés Cultural" también para garantizar la "protección y uso público" de este fondo documental.

Pardo Bazán fue nombrada presidenta honoraria de la RAG en 1905 y la sede de esta institución está, desde 1978, en la que fue vivienda de la escritora en su ciudad natal, en el número 11 de la calle Tabernas en A Coruña, tras la donación de su hija Blanca en 1956. En la primera planta de este museo se conservan casi 8.000 volúmenes de la autora, una parte que estaba en la propia casa, pero la Academia consiguió recuperar la mayoría del propio pazo de Meirás tras el incendio de 1978.