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El Rey surca las aguas del Miño

Don Felipe VI visitó ayer la Comandancia Naval de Tui y quedó "impresionado" por el paisaje fronterizo que pudo contemplar durante un paseo a bordo del patrullero Cabo Fradera

El Rey Felipe VI saluda desde el patrullero Cabo Fradera durante un paseo de 45 minutos por el Tramo Internacional del Miño. // Ricardo Grobas

Jornada histórica la que se vivió ayer en Tui con la visita del Rey Felipe VI a la Comandancia Naval del Miño. El monarca reanudó en la ciudad fronteriza su agenda oficial tras dos semanas de vacaciones. Vestido con el uniforme de Capitán General de la Armada Española y con máxima puntualidad, pisó tierras tudenses a las 11 horas, donde un grupo de doscientas personas esperaban tras unas vallas en el Paseo Fluvial, sujetando banderas de España y coreando "¡Viva el Rey!", "¡Viva España!" y "¡Guapo!". Su Majestad fue generoso y, aunque el grupo no guardaba la distancia de seguridad impuesta por el Covid, se acercó hasta en dos ocasiones para saludar de cerca a los tudenses y repartir algún que otro "codazo" afectivo entre los vecinos que se encontraban en primera línea.

A su llegada a la Comandancia Naval sonó el himno con toque de corneta y Don Felipe pasó revista a la dotación. Luego visitó las instalaciones de la Comandancia y el comandante naval, Juan Díaz, le explicó las funciones habituales de dicha institución, que se encarga de la vigilancia y fiscalización del Tramo Internacional del Río Miño, que tiene una longitud de 77 kilómetros, desde Crecente hasta A Guarda.

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Tui recibe a Felipe VI entre vítores de "¡Guapo!" y "¡Viva el rey!"

El Rey firmó en el libro de honor y contempló una exposición exterior de artes de pesca. Las monjas, trabajadoras y ancianos de la Residencia San Telmo fueron testigos privilegiados de esta visita, pues el asilo se encuentra pegado a la Comandancia y siguieron el acontecimiento sin perder detalle, asomados a sus ventanas y desde el jardín. De hecho, engalanaron sus balcones con banderas de España y pidieron al monarca un saludo que este no dudó en ofrecer llevándose la mano al pecho en señal de agradecimiento por los vítores que recibía.

Al mediodía su Majestad embarcó en el patrullero Cabo Fradera, buque insignia de Tui desde 1963 y el segundo más antiguo de la Armada Española. Realizó un recorrido de 45 minutos por las aguas del Miño, sobre las cuales se pude contemplar una vista panorámica del Casco Histórico de Tui, presidido por la catedral, y del conjunto amurallado del vecino municipio de Valença do Minho, en Portugal. Ambas villas están unidas por el viejo Puente Internacional, bajo el cual navegó el Cabo Fradera, que llegó hasta la altura de Sao Pedro da Torre (Portugal), próximo a la parroquia tomiñesa de Amorín, en la orilla española.

La travesía de su Majestad por el Miño

La travesía de su Majestad por el Miño

El Jefe del Estado quedó realmente impresionado por el paisaje que pudo contemplar durante el paseo en barco, tal y como le confesó más tarde al alcalde de Tui, Enrique Cabaleiro. Don Felipe también mostró interés por el Teatro Principal, ubicado en el Conjunto Histórico y actualmente en ruinas. "Imagino que desde el barco vería el edificio y le llamaría la atención", comenta Cabaleiro.

Desde el Paseo Fluvial de Tui hubo una nueva oleada de aplausos cuando el Rey saludó subido al buque; una imagen opuesta a la que se dibujó en el margen luso, hasta donde se desplazaron una quincena de miembros de Galiza Nova que sujetaron unas letras en las que se podía leer "Galiza non ten rei". También esta agrupación política se concentró en una plaza de la localidad para mostrar su rechazo hacia la monarquía, congregando medio centenar de personas.

Tras desembarcar de nuevo en la Comandancia, Don Felipe fue recibido por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; el presidente del Parlamento gallego, Miguel Ángel Santalices; el delegado del Gobierno en la comunidad; Javier Losada; los alcaldes de Tui, Arbo y Crecente y la alcaldesa de Salvaterra, municipios pertenecientes a la demarcación del Miño. Faltaron a la cita por orden de su partido, el BNG, los regidores nacionalistas de As Neves, Tomiño y O Rosal, y tampoco pudo asistir el alcalde de A Guarda.

La visita de Su Majestad remató con un aperitivo privado junto a las autoridades, pero antes, Don Felipe rompió nuevamente el protocolo y se acercó a los tudenses concentrados en el exterior. Algunos aprovecharon para hacerse un selfie con el monarca y otros volvieron a vitorear "¡Viva España!", "¡Arriba España!" y "¡Te queremos rey!".

El acontecimiento se vivió con gran expectación y se desplegó un gran operativo de seguridad para la ocasión. Y es que no es para menos, pues es la primera vez, desde 1502, que un monarca visita oficialmente la ciudad fronteriza. Hay que remontarse cinco siglos atrás para recordar un hecho semejante, con la visita del rey portugués Manuel I durante su peregrinación a Santiago de Compostela, tal y como informa el historiador tudense Rafael Sánchez Bargiela en su blog "Tudensia".

La visita del rey supuso un hecho histórico para Tui y para la Comandancia Naval del Miño, la cual llamó la atención de Su Majestad por su singularidad y característica transfronteriza, única en España.

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