Directivos y docentes de los centros educativos de Galicia llevan semanas trabajando para preparar una vuelta al cole condicionada por la pandemia. En 12 días y en plena escalada de rebrotes, Galicia enfrentará la primera prueba de fuego del nuevo curso. Los alumnos más pequeños regresarán a las aulas que abandonaron de forma hace seis meses y habrá que trasladar los protocolos a la práctica. Protocolos que "llegan tarde, muy tarde", y que "no se traducen en verdaderos recursos y apoyos, sino en más papeleo y burocracia para los centros", advierte Patricia Digón Regueiro, profesora de Ciencias de la Educación de la Universidade da Coruña y experta en nuevas tecnologías aplicadas al ámbito educativo. Esta docente alerta de que "la masificación de los centros de las ciudades" hace "inviable" un regreso seguro, y urge a contratar más profesores y reducir las ratios.

-¿Cómo prevé el regreso a clase?

-Pinta mal, porque una vuelta segura implicaría inversión en educación, organización, previsión y actuaciones rápidas por parte de las administraciones, cosa que no se ha hecho. Se ha dejado todo a la voluntariedad de la gente, con directoras y directores de centros que llevan trabajando a destajo todo agosto y llevando a cabo funciones que no les corresponden y que no tienen por qué saber hacer, asumiendo toda la responsabilidad sin ningún tipo de compensación. Como siempre, todo han sido palabras bonitas en protocolos que llegan tarde, muy tarde, y que no se traducen en verdaderos recursos y apoyos, sino en más papeleo y burocracia para los centros.

-¿En qué se ha improvisado?

-En mayo, junio y julio ya se tendría que haber enviado a los colegios e institutos personal de los servicios de prevención de riesgos para ver las necesidades de cada centro e idear las adaptaciones necesarias para el comienzo del curso. Además, cada escuela tendría que tener asignado ya un profesional sanitario de referencia para formar y asesorar a los docentes y los equipos directivos.

-¿Qué otras medidas urgen?

-La masificación de los centros educativos de las ciudades hace inviable una vuelta al cole segura. Se necesita más profesorado y reducir el alumnado por aula. Volver a la escuela con unas ratios de 25-27-30 estudiantes por aula es absurdo, lo es ahora y pedagógicamente hablando lo ha sido siempre. Solo hay que fijarse en las ratios de Finlandia, un ejemplo a nivel educativo. Reducir las ratios es prioritario en la escuela pública, donde existe una gran diversidad de alumnado. A lo largo de estos meses se ha demostrado que la mayoría de los contagios se producen en reuniones numerosas. Sorprende que la conselleira de Educación diga que no hay problema con las clases de 25 estudiantes, a pesar de que no se recomiendan encuentros de más de diez personas, aludiendo a que el contexto del aula es diferente, ordenado, disciplinado y con tareas estructuradas. Esta concepción de la educación huele a rancio, a clase magistral, a trabajo individual y libro de texto. Una metodología basada en proyectos, en problemas y cooperativa no es ordenada, ni disciplinada ni con tareas estructuradas. Educación asegura también que los grupos de 15 alumnos son inviables por problemas de espacio en muchos centros, a pesar de que se pueden articular otras soluciones, como el uso de edificios públicos de las ciudades o incluso aulas prefabricadas. Desdoblar grupos es viable e imprescindible, pero hay que invertir en educación como se hace en otros países.

-¿Qué propone para paliar las carencias en las TIC?

-Las administraciones tienen que facilitar ordenadores y conexiones a todas las familias y docentes que carecen de ellas. Por otro lado, se ha tenido la oportunidad de mejorar la competencia mediática y digital de estudiantes y docentes y no se ha hecho. Se han introducido las herramientas tecnológicas en las escuelas sin cambiar las metodologías y sin centrar la atención en su uso pedagógico y crítico.

-¿Cómo cree que asumirán los niños una vuelta al cole en circunstancias tan diferentes a las que conocían?

-Los alumnos se adaptarán sin problema, pero es prácticamente inviable pretender que se mantenga la distancia de forma constante a lo largo de toda la jornada escolar. No lo han hecho los adultos en todos estos meses y esperamos que lo hagan ellos, y que los docentes consigan que se mantengan así toda la mañana, recreos, entradas y salidas. y especialmente en centros masificados como los de las ciudades. Aun así, está claro que los estudiantes quieren volver a las aulas, y que se adaptarán y serán responsables.