El nuevo curso escolar arrancará en Galicia. Ésa es la previsión que tiene "hoy por hoy", "de momento" la Consellería de Educación. Eso sí, advierte que estará pendiente de la evolución de la pandemia y de lo que dictaminen las autoridades sanitarias y si hubiera que recurrir a la enseñanza a distancia la medida se limitará "a los alumnos de edades mayores". La conselleira, Carmen Pomar, reconoció ayer que la vuelta al colegio será "difícil" por las "incertidumbres" pero mandó un mensaje de "tranquilidad" a la comunidad educativa. "Creo que el 10 de septiembre estará todo preparado", advirtió. Además avanzó la contratación de un millar de docentes.

A pesar de las quejas de los padres que desconocen todavía cómo se organizará el curso escolar en cada uno de sus colegios, la conselleira aclaró que el día 10 de septiembre, cuando arranquen las clases en Infantil y Primaria, los niños sabrán "por donde tienen que entrar y por donde salir, con sus mascarillas y desinfectándose las manos".

Al igual que Galicia, el Ministerio de Educación defiende que se debe dar prioridad a las clases presenciales, pero cada vez son más las comunidades que apuestan por combinar la asistencia al aula con la educación a distancia ante el incremento de contagios. Madrid confirmó ayer que la vuelta al colegio en esta comunidad será "semipresencial". También Asturias se lo está planteando y en Murcia, La Rioja y Aragón ya lo tienen contemplado en sus protocolos de inicio del curso escolar.

La conselleira de Educación, que ayer visitó un colegio en Baiona, señaló que "a día de hoy" en Galicia el objetivo es la presencialidad porque es "fundamental", sobre todo, para los más pequeños.

"Hay que combinar la seguridad sanitaria con los objetivos educativos básicos que, sobre todo en Infantil y Primaria, tienen mucho que ver con la interacción escolar", argumentó Pomar.

En todo caso, no descartó ningún escenario. De hecho, señaló el protocolo de vuelta al colegio de la Xunta está sujeto a adaptaciones en función de la evolución de la crisis sanitaria.

Cuando quedan menos de tres semanas para el inicio del curso, los directores aseguran estar "desbordados" con los preparativos para adaptar las escuelas a las normas impuestas por la Xunta y los padres están preocupados por un escenario incierto. Pero además existe una amenaza de huelga del profesorado, puesto que la CIG va a proponer al resto de sindicatos movilizaciones al considerar insuficientes las medidas de protección y criticar la falta de inversión por parte de la Xunta.

Ante estas críticas, Pomar defendió ayer que el protocolo de la Xunta para el inicio del curso escolar es "muy detallado" y recoge cuestiones como la "gestión de brotes" o la posibilidad de que se imparta educación virtual.

Además, la conselleira explicó que en los colegios se han creado equipos Covid-19 que recibirán formación por parte de expertos sanitarios. Y la próxima semana se presentará el Plan de Acollida elaborado por un grupo de expertos en Psicología y Salud Mental para abordar la salud socioemocional de los niños en el que será su periodo de "adaptación" tras meses sin asistir a los colegios.

Desde el PSdeG denunciaron ayer, sin embargo, que Galicia está "a la cola" en la contratación de profesorado de cara a la vuelta a las aulas en medio de la pandemia del coronavirus.

El portavoz socialista de Educación, Luis Álvarez, lamentó que la Xunta únicamente vaya a contratar a 240 profesores, un 0,55 por ciento de incremento respecto a la cifra actual, para afrontar un curso que requiere medidas excepcionales para cumplir con los estándares de prevención e higiene ante el virus.

La conselleira de Educación, sin embargo, elevó la cifra de contratación de profesorado hasta el millar. A los 240 docentes que se sumarán a las plantillas de Infantil y Primaria para atender los desdobles de aulas, se añaden otros 543 profesionales de refuerzo (221 para Primaria e 322 para ESO) que se incorporarán a través del programa ARCO. La cifra se completará con nuevos profesores para impartir clases en Secundaria, Bachillerato y FP y que, según explican desde la Xunta, aún están pendientes de concretar.