Jorge Jardim, de 65 años, perdió la vida el sábado en el accidente de un hidroavión de motores de pistón Canadair CL-215, de 1974, de matrícula española pero operado por Portugal y que nuestro Ejército dejó de usar en 1999 tras recibir unidades más modernas, como el CL-215-T o el CL-415, con tecnología más avanzada y motores más potentes, según adelantó el periodista especializado Javier Ortega en La Vanguardia.

Jardim murió ayudando en la extinción de un incendio entre dos países, que continúa activo y ha arrasado 420 hectáreas en la parte ourensana del parque natural transfronterizo Gêres-Xurés, una reserva de la biosfera atacada por el fuego desde hace décadas. La víctima, natural de Maputo (Mozambique), residía en Leiría. Trabajó en la aviación comercial y, en los últimos años, ejercía en la lucha contra el fuego. Además era examinador de candidatos a piloto.

Según el Instituto Nacional de Emergência Médica, hora y media después de la alerta llegó el operativo de rescate al lugar del siniestro, de difícil acceso. Una pareja de la Força Especial de Bombeiros se había sumado a la BRIF de Laza prestando los primeros auxilios a los pilotos. Jardim, que había logrado salir por sus medios de la cabina, llegó a ser reanimado pero terminó falleciendo. Su compañero, el copiloto Maxi P. B, natural de Babilafuente (Salamanca), de 39 años, fue trasladado en helicóptero medicalizado de Portugal al hospital, con policontusiones y consciente, tras un primer rescate por el Pesca 1, una aeronave de salvamento de Galicia. Según información de la agencia Lusa recogida por Jornal de Notícias, se encontraba ayer "estable y fuera de peligro" en el hospital de Braga (en el centro sanitario previsto inicialmente, el de Viana do Castelo, no pudieron aterrizar por el viento).

El incendio iniciado en Lindoso, Ponte da Barca, a las 5.19 horas de la madrugada del sábado entró de Portugal a Lobios a las 8. Poco después del mediodía, a unos dos kilómetros de la frontera lusa, la aeronave de la empresa Babcock, con sede en Matacán (Salamanca), de las que Portugal tiene alquiladas tres a través de la Autoridade Nacional de Emergencias e Proteção Civil, con base en Castelo Branco, en el centro del país luso, se estrelló en un área de díficil acceso al no ser capaz de remontar una montaña, tras una maniobra de 'scooping', la operación de reabastecimiento del depósito de agua. Se disponía a efectuar la siguiente descarga, en la cabeza del incendio. Estos hidroaviones, conocidos como Foca, tienen capacidad para más de 5.000 litros. El aparato siniestrado sigue en la zona -por el momento, se desconoce cuándo será retirado- y el incendio principal no ha alcanzado el lugar, acordonado por la Guardia Civil. El conato que se desencadenó tras el accidente fue sofocado por los bomberos forestales de la BRIF Laza ya el sábado.

La orografía, con una pronunciada pendiente, el viento, las altas temperaturas -casi 30 grados de máxima ayer en Lobios, según Meteogalicia- y el humo dificultan la extinción. Los medios aéreos tardaron en reincorporarse, precisamente, por la falta de visibilidad durante la mañana de ayer, que aumentaba el riesgo en una localización ya de por sí peligrosa para los trabajos aéreos. La montaña siguió ardiendo con fiereza la noche del sábado al domingo. Militares de la UME se sumaron. La BRIF de Tabuyo (León) fue movilizada ayer. Medios de Portugal y España en un incendio que atravesó la frontera. En el operativo han trabajado 1 técnico, 10 agentes, 27 brigadas, 12 motobombas, 2 palas, 9 aviones y 9 helicópteros.

Es el sexto fuego iniciado desde el pasado jueves en el parque natural del Xurés. A las 10.22 horas del domingo se dio por extinguido el que calcinó 30 hectáreas en Fraga (Lobeira). En Requiás (Muíños), donde dos focos la madrugada anterior habían afectado a 1,07 hectáreas, quedaron controlados ayer domingo un incendio que ha arrasado unas 50 y esta misma mañana un nuevo fuego originado de madrugada que ha afectado en principio a 1 hectárea.

El daño en el parque natural, un paraje de sierras escarpadas, bosques, embalses y más de 800 especies de flora -un centenar, endémicas- supera las 480 hectáreas en los últimos días. Cerca de 4.000 ha devorado el fuego ya en la provincia de Ourense en lo que va de verano, todavía con dos meses de riesgo alto por delante. El virulento incendio que engulló 250 de monte y paisaje en la parroquia de Moreiras, en Toén, está ya controlado. Pero la alerta no cesa. A las 20.15 horas del sábado se declaró un fuego forestal en Chandrexa de Queixa -el Macizo Central es otro de esos territorios con incendios recurrentes- que ha calcinado 25 hectáreas en Requeixo. Quedó estabilizado ayer, minutos antes de las ocho de la tarde. Además, este fin de semana hubo alertas en Camba (Laza) y Castrelo de Cima (Riós).

A última hora de este lunes, el paque do Xurés registró su octavo incendio, un fuego que afecta al Concello de Lobeira, en la parroquia de San Xes de Vilariño.

Dieciséis investigados este año

La Delegación del Gobierno en Galicia informó ayer de que las fuerzas de seguridad del Estado suman 30 detenciones e investigaciones por incendios forestales en Galicia este año, si bien la gran mayoría se deben a imprudencias y, por desgracia, gran parte de las acciones criminales quedan impunes. El año pasado, a estas alturas eran más, 45. El mes con más personas implicadas fue julio, con doce, seguido por junio, con ocho.

En correspondencia con el mayor número de fuegos que sufre, la provincia con más investigados por causar incendios es Ourense, con dieciséis. La Delegación del Gobierno pide "extremar las precauciones en el monte y la colaboración ciudadana si se localiza un incendio". Medio Rural insta a los vecinos a que denuncien si tienen pistas de quién planta.