Facenda mantiene bajo la lupa la compra de pisos al contado y las herencias en vida. Con el objetivo de destapar un posible traspaso de dinero de padres a hijos para evitar que se tribute por Donaciones y garantizar que los pactos sucesorios se hacen conforme a legalidad, la Axencia Tributaria de Galicia (Atriga) puso en marcha en 2018 un plan especial para destapar posibles casos de fraude fiscal entre los contribuyentes gallegos. Los controles llevados a cabo el año pasado permitieron aumentar la recaudación en el impuesto de Sucesiones y Donaciones (ISD) en 52,8 millones de euros. El organismo tributario revisó en 2019 un total de 147.504 autoliquidaciones para comprobar si las cantidades abonadas al fisco y el concepto por el que lo hicieron eran las correctas. ¿El resultado? Errores sin mala fe en las declaraciones, pero también trampas y fraudes para que la factura fiscal fuera la menor posible. En total, los inspectores de Facenda detectaron fallos o fraudes en el pago de Sucesiones y Donaciones de 7.690 contribuyentes gallegos, según recoge informe de la actividad de la Atriga del año pasado.

Las comprobaciones realizadas sobre este tributo en 2019 permitieron sumar a las arcas públicas casi 53 millones, un 18,6% menos que los ingresos al alza tras la revisión de un año atrás (64,9 millones), una caída que se debe -según destaca la Atriga- a la conclusión en 2018 de las actuaciones derivadas del plan especial iniciado el ejercicio anterior y que, por tanto, ya no tuvieron efecto en 2019. De las más de 147.000 declaraciones comprobadas en el ISD, los inspectores de Facenda forzaron a un mayor desembolso por este impuesto a 7.690 gallegos frente a los 8.299 de un año atrás. Aunque el número de autoliquidaciones inspeccionadas aumentó un 3,4% respecto a 2018, las irregularidades destapadas cayeron un 7,3%.

No obstante, aunque Facenda solo detectó errores o fraude en el 5,2% de las declaraciones revisadas, lo que revela que la mayoría de los gallegos cumple con su obligación, en términos monetarios el porcentaje de irregularidades detectadas es mucho más elevado. Así, de los 165,9 millones de euros revisados en autoliquidaciones del impuesto de Sucesiones y Donaciones, la Atriga advirtió de la falta de casi 53 millones. Es decir, la deuda impagada equivale al 32% del total.

Es en el tributo por herencias y donaciones donde la Atriga detecta cada año el mayor volumen de deuda. Como resultado de las actuaciones de prevención y de control, llevadas a cabo el año pasado por la Atriga, llegaron a aflorar 106,7 millones de euros de deuda no declarada -un 40% menos que en 2018 por el plan especial antifraude de ese ejercicio- , de los que casi la mitad corresponden al tributo de sucesiones y donaciones. Ahora bien dentro del capítulo del control fiscal extensivo, que incluye el ISC, el impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, que grava la compraventa de vivienda, y también por las transacciones de vehículos. En las revisiones de estos tres conceptos, Facenda destapó errores o fraude el año pasado por un importe de 83,5 millones, el 63,4% por sucesiones.

En el caso del impuesto de Transmisiones Patrimoniales se detectaron irregularidades en 15.777 comprobaciones por un importe a ingresar de 28,2 millones. Y en el caso de las compraventas de vehículos, se descubrieron 5.600 casos fraudulentos por 0,8 millones.

Y por último, la recaudación creció en 1,7 millones de euros tras detectar irregularidades en el pago de otros impuestos, como el canon eólico, el de contaminación atmosférica, el que grava el daño medioambiental de los embalses o los tributos del juego.

En total, los ingresos de la Atriga el año pasado alcanzaron los 594,8 millones, un 6,6% menos respecto a 2018. Los principales ingresos corresponden con el impuesto de transmisiones patrimoniales - 288,4 millones,- y sucesiones -131,3 millones-.