Estrés, insomnio, inmadurez y falta de responsabilidad ante la pandemia del coronavirus. Son los cuatro factores señalados por la Fiscalía de Seguridad Vial para explicar el aumento de los accidentes de tráfico mortales tras el estado de alarma, levantado el pasado 21 de junio. En Galicia fueron 11 los fallecidos durante el mes posterior al fin de las restricciones de movilidad por el Covid-19, el doble que el mismo periodo de 2019 (6). Las autoridades de Tráfico advierten de que el fin del confinamiento ha aumentado los excesos de velocidad y el consumo del alcohol y/o drogas en las carreteras españolas. Este "desfase" al volante queda reflejado en el número de interceptados por radares móviles. Entre el 22 de junio y el 22 de julio, un total de 13.828 conductores fueron sorprendidos en la red viaria gallega a más velocidad de la permitida, un 50,2% más que los poco más de 9.200 de hace un año. La media diaria da una idea del nivel de repunte de los incumplimientos de velocidad detectados por las patrullas de la Guardia Civil: 460 denuncias cada jornada frente a las 306 del mismo periodo de 2019. Un balance al que hay que añadir otros tantos infractores sorprendidos por los radares fijos.

Dos casos de velocidades estratosféricas se produjeron el mismo día en la misma carretera. El 12-J, día en la que los gallegos estaban llamados a las urnas, fue interceptado un conductor de un Porsche Los hechos ocurrieron sobre las 15.30 horas en el kilómetro 5,5, un punto y una hora especialmente peligrosos por la intensa circulación de vehículos y peatones que se desplazan a las playas del municipio. El conductor se enfrenta a un delito contra la seguridad penado con una multa de seis a doce meses, además de la privación del carné de conducir entre uno y cuatro años.

Ese mismo día, la AC-12 fue escenario de otra infracción por exceso de velocidad. A 120 kilómetros fue interceptada una motocicleta, 70 km por encima de la velocidad permitida pero que no se considera delito -lo es cuando se supera en 80 km el límite-, por lo que el infractor se enfrenta al pago de una multa de 600 euros y a la retirada de seis puntos de carné.

Las negras estadísticas de velocidad en las carreteras gallegas tras el fin del estado de alarma contrastan con la tendencia a la baja de 2019 y el arranque del año. En el conjunto del año pasado, las patrullas de la Guardia Civil de Tráfico interpusieron el año pasado un total de 106.408 denuncias por exceso de velocidad, lo que supone un pequeño descenso (-1,17%) respecto a las casi 107.700 del año anterior.

Y en los primeros seis meses del año, los radares móviles en Galicia detectaron 62.962 infracciones, un 1,1% menos que el mismo periodo del año pasado (63.665). El balance, sin embargo, resulta elevado, ya que durante tres meses -entre el 14 de marzo y el 21 de julio- el estado de alarma impuso restricciones de movilidad que en el caso de la comunidad gallega llegaron a reducir el tráfico hasta un 90%. Una de cada cinco multas de velocidad de los primeros siete meses del año se concentra en el último mes, en concreto el 22%, pese a que la última mitad de marzo, todo abril y todo mayo y hasta el 21 de junio las carreteras de la comunidad estuvieron prácticamente desérticas por las limitaciones impuestas por el Covid-19.

De las casi 63.000 denuncias por exceso de velocidad detectadas por los radares móviles hasta julio, Pontevedra y A Coruña, por este orden, concentran el 70% del total. En el caso de las infracciones de velocidad en las carreteras pontevedresas en lo que va de año, los cinemómetros móviles interceptaron un total de 23.744 infracciones (37,7% de Galicia) y en las vías coruñesas, 20.452 (32,4%). Las denuncias por velocidad en las provincias de Lugo y Ourense se quedan muy por debajo de estas cifras, con 11.865 y 6.901, respectivamente. Salvo en Lugo, donde las infracciones por velocidad repuntaron entre enero y julio un 46.3%, en el resto de la comunidad la tendencia fue a la baja: -2,6% en Pontevedra, -5,7% en A Coruña y -27,7% en Ourense.