En el tercer incendio en días consecutivos en las proximidades de la autovía A-52, la principal vía de comunicación entre Galicia, hubo que cortar el tráfico. Un fuego declarado a las 15.41 horas de ayer en la parroquia de Queirugás, en Verín -se inició en Ábedes, a la altura de las curvas del antiguo basurero, avanzando hacia Fumaces- obligó a cerrar la autovía durante una hora por la presencia del fuego y el humo, que ponían en riesgo la circulación. En 5 horas, las llamas a ambos lados de la autovía y de la nacional N-525, que discurre en paralelo por esa zona, arrasaron una superficie de unas 120 hectáreas, según el dato provisional de la consellería de Medio Rural.

El viento complicó la extinción. Además la zona, en torno a un elevado viaducto de la A-52, es de díficil acceso. Fuentes de los bomberos citadas por la Guardia Civil de Tráfico indicaban que los profesionales de emergencias tuvieron una situación complica y comprometida por la inestabilidad meteorológica, así como por la densa humareda. De hecho, en solo una hora, la Xunta En un primer momento fueron movilizados agentes, brigadas, motobombas, una pala, aviones y helicópteros, pero la dimensión que iba ganando el fuego obligó a solicitar más medios de refuerzo, como por ejemplo tres hidroaviones Foca. A las 20 horas, Medio Rural el total de medios movilizados en 4 agentes, 12 brigadas, 7 motobombas, 1 pala, 10 helicópteros y 9 aviones. La evolución del fuego, pasadas las 21, era "favorable".

La BRIF con base en Laza acudió con 18 bomberos forestales y, por primera ocasión verano, tal y como prevé la nueva normativa de estas brigadas helitransportadas, contaron con el refuerzo de otro equipo, localizable en caso de necesidad para dar apoyo al que está de turno. También se desplazó a Verín la BRIF de Tabuyo (León), que desembarcó sobre las 19 horas para trabajar, en un primer momento, en la zona activa del incendio en el flanco izquierdo.

En la misma zona se registraban ayer otros incendios. En el municipio de Monterrei hubo dos que obligaron a desviar recursos del incendio principal para poder atender las emergencias.