Las atípicas elecciones del 12 de julio en Galicia no tienen precedentes. Sumergida en una pandemia, la comunidad se preparó como nunca para ofrecer la máxima seguridad a los electores con un protocolo anticoronavirus que garantizó la seguridad de los votantes y levantó su ánimo para que acudieran a las urnas. El reto era importante, pero todo salió según lo planificado y con "muy buena nota", tal y como transmiten desde la Xunta. Ahora, ese dispositivo que tan buenos resultados dio, llamando la atención de asesores de la Generalitat de Cataluña, se mantendrá en el tiempo, más allá del Covid-19, y servirá como base para futuros eventos multitudinarios, tales como conciertos y museos.

La pandemia obligó a la Administración a ejecutar un plan para poder llevar a cabo las elecciones. En poco más de un mes, y partiendo de un presupuesto de 6,6 millones de euros, más de 133 técnicos estudiaron los casi 2.400 locales electores y levantaron muros de pegatinas y carteles informativos para evitar aglomeraciones. Durante la jornada electoral del 12 de julio, a esas barreras para detener al Covid-19 se sumaron 2,4 millones de mascarillas y 43.000 botes de hidrogel que estuvieron a disposición de los votantes. Además de la desinfección previa de todas las sedes y la limpieza asidua de sus rincones el domingo. Las personas consideradas de alto riesgo tuvieron acceso preferente y se recomendó llevar el voto desde casa.

La duda residía en si la gente acudiría, pero la participación superó a la de 2016: pasó de un 53,65% a un 58,71%. Según Emilio de la Iglesia, el coordinador de seguridad para el 12 de julio, el protocolo cumplió "sobradamente" con el objetivo de transmitir y garantizar la seguridad. Incluso, antes de la fecha, en la Xunta estaban convencidos al "cien por cien" de que todo saldría perfectamente y hoy no temen a que se reproduzcan los contagios. Sin ir más lejos, aseguran que no cambiarían ni un ápice el diseño teórico del dispositivo y se justifican a través del interés mostrado por el Gobierno catalán.

De hecho, están tan satisfechos que el propio De la Iglesia afirma que los métodos del protocolo de las elecciones son "plenamente aplicables" a futuros eventos en la comunidad, haciendo los "ajustes necesarios", eso sí. "Pensemos en conciertos, oposiciones, museos u oficinas de atención al público", señala.

La realidad es que del día 12 no se reportaron fallos. Solo las típicas incidencias, retrasos en la constitución de las mesas, pero nada que ver con motivos salubres. Por eso, fuentes del Ejecutivo autonómico cuentan que algunas de las medidas tomadas para esta ocasión, como la aparición de sedes electorales más espaciosas, véase los pabellones, han llegado para quedarse y sustituir o cumplimentar a los colegios electorales históricamente más constreñidos.