Durante un mitin de las pasadas elecciones autonómicas, a Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y ex coordinadora xeral de Esquerda Unida (EU), se saltó el orden previsto y no introdujo a Eva Solla, su sucesora al frente del partido, sino al candidato de la coalición Galicia en Común, Antón Gómez-Reino, algo que la esta le reprochó con ironía al tomar el micro. La anécdota evidenció el distanciamiento de Díaz de los que ya no eran sus compañeros de formación, pues la ferrolana se dio de baja como militante de Izquierda Unida el pasado octubre, como adelantó El Confidencial el miércoles. La filtración de este portazo agudiza la crisis del proyecto rupturista aglutinado en torno a Unidas Podemos, que con sus socios de Anova y las mareas de A Coruña y Santiago, quedaron el pasado domingo fuera del Parlamento gallego.

Díaz tomó esa decisión por "discrepancias con la dirección federal" de IU, comandada por Alberto Garzón. Tras las elecciones generales de abril, la estrategia de la cúpula de IU era favorable a apoyar la investidura del socialista Pedro Sánchez sin entrar en el Gobierno, negociando cada medida desde el Congreso. Díaz apoyaba la postura de Podemos, que quería entrar en el Consejo de Ministros mediante un Gobierno de coalición, salida final tras la repetición electoral del 10 de noviembre, pero que no fue posible en el escenario posterior a los comicios de abril.

Un mes antes, en octubre, Díaz se dio de baja de IU. "Fue una decisión personal", apuntan fuentes próximas a la ministra, que comparte Consejo de Ministros con Garzón, ministro de Consumo. Añaden que no reveló esa decisión para no perjudicar no solo a su ya exorganización, sino al propio Gobierno.

A esos problemas se une la resaca de su salida de la política gallega rumbo a Madrid, también cargada de recelos con la nueva dirección de EU de Eva Solla, pero también con Xosé Manuel Beiras, líder de Anova.

Sus compañeros en Galicia le afeaban su cercanía a Pablo Iglesias, presidente de Podemos, y al que introdujo en la política de primera línea en 2012, cuando lo incorporó como asesor de AGE, la exitosa alianza de EU y Anova que fue el germen de la "nueva política", las mareas e incluso de Podemos.

Su relevancia actual, al ser la responsable del "escudo social" de ERTEs, y cercanía con Iglesias no supone, sin embargo, que pretenda sumarse a los morados. "Sigo militando en el PCE (Partido Comunista de España). Ni me fui ni me voy a liderar nada", declaró ayer al El Español en alusión a su posible competencia con Iglesias por el timón de Podemos en caso de un paso atrás de este, presionado por los críticos morados y exaliados, como Íñigo Errejón o Ramón Espinar, responsabilizándolo de la sucesiva pérdida de apoyos electorales, coronada por el fiasco de los comicios gallegos del pasado domingo.

Galicia en Común fio gran parte de su estrategia al papel de Díaz en el Gobierno central, incluyéndola incluso en la propaganda electoral junto al resto de cabezas de lista, pese a que ella no concurría a los comicios.