Con algunos de los restos de lo que quedó de una marea rupturista que antes de las escisiones llegó a relegar a los históricos de la oposición a un segundo plano en la Cámara y a gobernar en tres ciudades, Podemos, Esquerda Unida y Anova apuraron una trinidad que su candidato espera poder reproducir en la Xunta, donde apela a un único gobierno progresista, pero consciente de que esa mesa se sustentaría en tres patas.

Las encuestas, sin embargo, no son optimistas y dejan a Galicia en Común-Anova Mareas con la pata más corta: lo que no se lleven BNG y PSdeG y un mínimo de dos diputados. Antón Gómez-Reino, que se aventura por primera vez a competir por la presidencia de la Xunta, puede, no obstante, presumir de poder central y los ministros desfilaron a su lado para demostrarlo.