El candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, intervino ayer arropado por el presidente andaluz, Juanma Moreno, y el líder nacional del partido, Pablo Casado, cuya presencia en As Pontes (A Coruña) no estaba prevista, pero allí recaló de paso que iba camino del País Vasco tras intervenir en Pontevedra en un mitin. Con la chimenea de la central de Endesa a su espalda, el aspirante a la Xunta cargó contra la "política energética ideologizada" del Gobierno central y su preferencia por sustituir las fuentes de energía tradicionales por otras renovables que a día de hoy, dijo, son "incompatibles" con la producción de aluminio y llevan al cierre a la térmica de As Pontes.

Según dijo, la central tenía "vida hasta 2040", pero criticó que el instigador del cierre de la planta fue el Gobierno central por sugerir que "todas las térmicas tienen que cerrar". Añadió que en el ámbito de la política energética no admite "manipulaciones" ni tampoco "pedir perdón" y considera el cierre de As Pontes como una decisión "ideológica pura".

Agregó que no se callará ante esta situación y sostuvo que después del "caudal de confianza" de los gallegos en los últimos 11 años, no tiene "nada que perder". "Prefiero ser un político retirado que ha defendido a Galicia que un político en activo que ha traicionado a Galicia", proclamó.

Para apoyar su candidatura, a su lado estaban Moreno y Casado. El presidente de la Junta de Andalucía no escatimó elogios para el gallego. Dijo de él que es el "espejo" en que se miran muchos presidentes a la hora de gestionar y un "referente" para las políticas que replica en la comunidad andaluza. "No es momento de experimentos. Yo confío en Alberto Núñez Feijóo y digo públicamente que yo copio políticas de Alberto Núñez Feijóo", destacó.

Por su parte, Pablo Casado criticó al Ejecutivo de Pedro Sánchez porque cree que es un Gobierno "que manda mucho y no gobierna" y que solo "insulta y crispa" al culpar a los populares de cosas que no son ciertas o a la Xunta de la situación de la factoría de Alcoa, con un ERE en proceso.

A su juicio, las centrales térmicas son sostenibles si se hacen las inversiones necesarias y recriminó la actitud del Gobierno sobre esta planta y la de aluminio de Alcoa, en San Cibrao (Lugo), al considerar que no puede pretender trasladar su responsabilidad a la Xunta.