La campaña de alto riesgo de incendios comienza hoy y se extenderá hasta el 30 de septiembre, en un periodo en el que estarán prohibidas las quemas agrícolas y forestales. En el plan de lucha contra el fuego (Pladiga) de esta temporada, la Xunta se fija el objetivo de que ardan menos de 17.000 hectáreas en 2020, en el marco de una campaña en la que se buscará "incrementar" la detención de incendiarios, al tiempo que se tratará de reducir la media de 548 fuegos anuales registrados en la última década.

Tras un 2017 marcado por la ola de fuegos en el que hubo más de 62.000 hectáreas arrasadas, la comunidad vivió dos años con un descenso significativo de terreno quemado en 2018 (2.600 hectáreas) y 2019 (6.838 hectáreas).

Ahora, para 2020, el Gobierno gallego señala que sería "óptimo" no alcanzar las 17.000 hectáreas (cerca de 5.300 de superficie arbolada) y quedarse de este modo por debajo de la media de los últimos 10 años, tras eliminar los valores más altos y bajos de la serie. Mientras se trabajará para que la media de superficie quemada por cada fuego no llegue a cinco hectáreas. La meta es mantener en el 70% del total la tasa de los incendios de una hectárea o menos. La Xunta espera que los fuegos de más de 25 hectáreas estén por debajo del 2% y que no se activen más de 13 veces las situaciones de tipo 2, en las que están amenazadas viviendas por el fuego. De tal forma, se refuerza el operativo para el periodo estival, que alcanzará los 7.000 efectivos entre personal de los distintos cuerpos.