La distribución del impacto de las llamas el año pasado en Galicia ha provocado que las parroquias de "alta actividad incendiaria" se reduzcan un 60%, pasando de 71 a 28. Se trata de los territorios que mayor vigilancia experimentarán cuando se inicie la temporada de máximo riesgo contra los incendios forestales el 1 de julio. De los 313 concellos de la comunidad, 194 están expuestos a un riesgo alto.

Estos puntos calientes de las llamas están catalogados mediante varios parámetros. Por un lado, el número de fuegos (una media anual de siete durante al menos el último lustro o siete el año posterior a salir de la lista); por otro, la virulencia de las llamas (dos incendios con más de 200 hectáreas afectadas en los últimos diez años con una media por fuego superior a las nueve hectáreas). El año pasado, por cierto,

El Consello de la Xunta aprobó ayer el plan de prevención y defensa contra los incendios de Galicia (Pladiga) para este año, si bien se trata de un documento inicial que debe ser visto en el Consello Forestal antes de la luz verde definitiva.

El documento establece un dispositivo con alrededor de 7.000 efectivos y la voluntad de sumar dos aviones para sumar un total de 28 aeronaves, incluyendo los helicópteros: 17 del Gobierno central y 11 del Gobierno autonómico.

En el terreno laboral, los casi mil trabajadores fijos discontinuos del dispositivo serán contratados durante seis meses, 30 días más que el año pasado y tres más que en 2017, cuando se ampliaron esos períodos el año en que ardieron 62.000 hectáreas, casi 60.000 de ellas en menos de una semana de octubre en la fallecieron por culpa de las llamas cuatro personas. El año pasado ardieron 6.837 hectáreas mientras que en 2018 fueron casi 2.600, según el Pladiga.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, también aseguró que el documento establece un protocolo de seguridad para evitar contagios entre los trabajadores, ceñido a la desinfección de instalaciones y maquinaria.

Compra de edificios

Por otro lado, el Ejecutivo autonómico también aprobó destinar 1,5 millones de euros para adquirir edificios en ruinas en los cascos históricos de Mondoñedo (300.000 euros), A Coruña (un millón) y Ribadavia (200.000). El primer concello es la única área Rexurbe de Galicia, mientras que los otros dos están en trámites para serlo.