El personal sanitario del Servizo Galego de Saúde (Sergas) dispone de nueve días para cerrar su plan de vacaciones, que deberá adaptarse a las restricciones impuestas por la Xunta para prevenir posibles rebrotes de la pandemia de coronavirus tras el verano. Este mes deberán estar cerrados los turnos de descanso, que tendrán que distribuirse entre junio, julio, agosto y septiembre, aunque se podrán dejar algunos días para las fiestas navideñas. Eso sí, no podrán coincidir al mismo tiempo más de un tercio "del personal estable de cada especialidad o categoría profesional del respectivo servicio o unidad de atención hospitalaria, atención primaria o PAC".
Así consta en una instrucción interna enviada ayer a los centros sanitarios gallegos y cuyo contenido no varía respecto al borrador que reveló FARO la semana pasada.
El departamento que dirige Jesús Vázquez Almuiña alega la necesidad de condicionar los períodos de descanso de un colectivo que ha soportado un exceso de carga de trabajo por culpa del SARS-CoV-2 y la enfermedad Covid-19 que causa para estar preparado ante un posible rebrote que vuelva a incrementar las necesidades asistenciales.
Alega que el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias ya dejó claro en abril que era necesario garantizar "los recursos humanos y materiales suficientes para dar adecuada respuesta asistencial ante los posibles rebrotes y nuevas olas epidémicas que se esperan el último trimestre del año".
El impacto de la pandemia obligó a muchos sanitarios a no disfrutar de sus vacaciones a comienzos de año. De contar con jornadas pendientes tras el verano, estas "se distribuirán en el último trimestre del año de acuerdo con criterios de rotación y proporcionalidad, con el objetivo de garantizar en todo momento la continuidad asistencial".
