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Una campaña atípica por el Covid-19

Los partidos desconocen cómo pedirán el voto, pero sí saben que no habrá grandes mítines ni selfies con sus simpatizantes - Barajan actos en streaming y mayor presencia en los medios

Una campaña atípica, en la que sus responsables deberán echar a volar la imaginación para buscar fórmulas alternativas para llegar al electorado. Así será la campaña que se avecina en Galicia a causa de la pandemia del coronavirus.

La agenda de los candidatos ya no se podrá llenar con paseos por mercados y plazas para repartir propaganda y dar abrazos y besos a potenciales votantes. Tampoco será cuestión de regalar chapas, camisetas o bolígrafos que pasan de una mano a otra. Ni tampoco repetir mítines multitudinarios en plazas de toros o pabellones deportivos. En la última fase de desescalada, prevista para junio, los actos más multitudinarios en lugares cerrados solo pueden congregar a 80 personas y manteniendo siempre los dos metros de distancia. Y si la actividad se desarrolla al aire libre, se pueden citar a no más de 800 personas y también respetando las distancias de seguridad.

Estas restricciones son la que barajan en los partidos para empezar a diseñar una campaña nunca vista. "Tendremos que ser prudentes y cautelosos y buscar otras formas de comunicación e interactuar con los electores", explican desde el PPdeG. "Son impensables grandes mítines o ver al candidato rodeado de multitudes que le piden un selfie", comentan fuentes populares.

"No tiene sentido alquilar grandes espacios públicos, con el gasto que ello supone, para ofrecer luego una imagen desengelada del acto", exponente desde el PSdeG.

Ni en el PP gallego ni en la oposicón se atreven a aventurar cómo será la campaña, solo saben cómo no será: idéntica a las anteriores. "El único objetivo que nos debe guiar es la seguridad sanitaria. No podemos arriesgarnos nada", insisten.

Una campaña diferente y menos intensa en la que habrá que intensificar la presencia en los medios tradicionales y en las redes sociales para compensar la ausencia de grandes actos en directo y buscar la interacción con el elector de otra forma. Por ejemplo, organizando mítines a través de plataformas de streaming o echar mano de los voluntarios para que llamen a sus contactos y familiares incluso simpatizantes y les convenzan del sentido del voto. Es una fórmula americana que podría ensayarse aquí. Una campaña de militante a militante.

Precisamente por las dificultades para organizar la campaña, des d e la candidatura liderada por Unidas Podemos cuestionan la convocatoria. "Los ciudadanos tienen el derecho de votar, pero votar con información, ¿cómo les vamos a hacer llegar nuestro proyecto en estas condiciones?", se preguntan.

Todos los partidos mantienen que no han empezado a preparar la campaña, aunque ésta ya se barajaba para ya o para septiembre. "

El propio presidente de la Xunta no entró a hablar todavía de la campaña, pero sí del día de votación. Explicó que habrá que guardar la distancia de seguridad al ir a votar y dar protección a los que están en la mesa.

También comentó que habría que ser más flexibles para que al adoptarse todas estas medidas de seguridad a todo el mundo le diera tiempo a ir a vota. Exactamente, declaró: "Haberá que faicilitar que se hai personas que as 20 horas como consecuencia da cadencia menor para afluir a votar, que estén no recinto electoral, pero non puideran votar, que se adopte unha fórmula flexible para que poidan votar".

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