Sindicatos docentes como la CIG y Anpe se mostraron ayer reacios a una vuelta a clases este curso. Consideran, como alega el secretario xeral de la CIG, Suso Bermello, que es un "riesgo innecesario", mientras que el presidente de Anpe en Galicia, Julio Díaz, mostraba ayer su "preocupación" por que "nada hace prever" que hoy impere "el sentido común" en la reunión de la Conferencia Sectorial entre Gobierno y comunidades. De hecho, teme que "se impondrá la ocurrencia del retorno de los alumnos a las aulas el 25 de mayo en pleno estado de alarma".
La Administración gallega no explicó qué postura defenderá hoy en el encuentro y la CIG cuestionaba ayer que los responsables de la Consellería se presentaron a la reunión telemática, en la que también participaron las ampas, "sin ningún tipo de propuesta" y sin aclarar qué opinión tienen sobre la posible incorporación a las aulas en lo que queda de curso. Pero los dos sindicatos la dejaron clara en sendos comunicados.
La CIG considera que ese regreso no es "factible" y recalca que "sin protocolos de prevención y protección no puede haber reincorporación". La desescalada educativa a final de este curso para ciertos grupos, señala, sería "correr un riesgo innecesario por tan poco tiempo de enseñanza presencial y ni siquiera para todo el grupo". Entiende que podrían plantearse excepciones para la preparación de la ABAU o segundo de ciclos formativos, pero con "estrictas medidas de seguridad" y tiempos reducidos.
Mientras, Anpe exige al Gobierno unas normas de desescalada "comunes" a todo el país y tras el empeño en volver a las aulas ve no una "preocupación" por la educación, sino por "favorecer la conciliación laboral de las familias". El sindicato no ve sentido a "esta exposición gratuita al virus" cuando las clases lectivas "nunca se han interrumpido".
