Nos acercamos a mayo, mes en el que los universitarios realizan sus exámenes de fin de curso. Pero éste no ha sido un cuatrimestre habitual, la crisis del coronavirus obligó a cancelar las clases presenciales y a los alumnos no les ha quedado más remedio que seguir el temario de forma telemática. Este año no veremos imágenes de aulas repletas de estudiantes preparados para dar lo mejor de sí. Tampoco podrán compartir esos nervios de última hora con sus compañeros, ya que universidades como la de Santiago de Compostela tienen previsto realizar los exámenes a través del campus virtual.

Pero muchos estudiantes no están de acuerdo con el modo de evaluación debido a la falta de garantía tecnológica. La plataforma virtual parece no soportar la sobrecarga y los alumnos tienen dificultades para acceder a ella. Son tantas las quejas de estudiantes de diferentes carreras a través de redes sociales, que el hashtag #AsiNonUSC ya se ha convertido en Trending Topic.

Además, los alumnos de medicina denuncian la excesiva carga evaluadora que la facultad intenta aplicar este final de curso, a pesar de las dificultades provocadas por la crisis del Covid-19. Más de 1.000 alumnos han trasladado su apoyo a un escrito de protesta por parte de la Asamblea de Alumnos de Medicina, con el objetivo de denunciar esta situación y el descontento por la gestión que se está llevando a cabo en este contexto de pandemia.

El último Consello de Goberno de la USC aprobó las directrices y los mecanismos recomendados para toda la institución académica, que estarán regidos por una premisa: evaluación continua, evitar los exámenes y flexibilidad. En concreto, se insta a utilizar "procesos no presenciales" que "no exijan la realización de exámenes o pruebas finales".

El alumnado de Medicina denuncia que únicamente dos materias optaron por este modelo, por lo que se celebrarán cerca de 30 exámenes finales. La situación se agrava al observar que en la evaluación extraordinaria se fijarán unas 50 pruebas.

"El nivel de exigencia no está siendo más bajo, cuando las dificultades se vieron realmente incrementadas", lamenta una de sus portavoces. El alumnado también denuncia la falta de garantías al respecto de los mecanismos tecnológicos y la infraestructura para asegurar que se puedan llevar a cabo las pruebas puesto que, a pesar que las propias directrices de la universidad recomiendan que estas no superen los 200 estudiantes de forma simultánea, el grado cuenta con materias "con más de 500 matriculados".

Estos estudiantes también reprochan las alternativas que les han ofrecido en el caso de que alguno "pierda la conexión" durante el examen: optar a la repetición o combinar con una prueba oral, lo que a su juicio implicaría evaluar a unos "de un modo diferente al resto". Es por ello que el colectivo insta a revisar los plazos para la celebración de exámenes y el calendario aprobado, a incrementar el número de materias acogidas a la evaluación continua, la puesta en marcha de una plataforma adecuada para la prueba final o la elaboración de un plan de contingencia para aplicar en caso de incidencias. Por otro lado, han realizado un llamamiento a los ayuntamientos para "proporcionar los medios necesarios" a estos alumnos, mediante dispositivos electrónicos y conexiones adecuadas.