Calles y carreteras prácticamente desérticas. Las restricciones impuestas para contener la pandemia con la cuarentena de la población, el cierre de negocios y la suspensión de la actividad industrial han convertido la vida diaria de las ciudades, antes llenas de bullicio y movimiento, en una foto fija. Como consecuencia de una de estas limitaciones, en los desplazamientos por carretera, los accidentes de tráfico se frenaron en seco en todo el país. Desde que se decretó el estado de alarma el pasado día 14 de marzo, las carreteras gallegas registraron un siniestro mortal. Desde entonces, el tráfico cayó en picado y ninguna patrulla tuvo que salir para dar cuenta de fallecidos en la red viaria gallega.

El balance de siniestralidad de la última quincena de marzo confirman cómo el descenso de la movilidad disminuye la lesividad y la accidentalidad en general, de ahí la implicación de la DGT y la Agrupación de la Guardia Civil de Tráfico por reducir los desplazamientos en carretera, ya que con menos siniestros, las urgencias se alivian de heridos. Entre el 16 y el 31 de marzo, las carreteras de la comunidad registraron 165 accidentes -con tres heridos hospitalizados y 12 no ingresados- y cero víctimas mortales. En el mismo periodo del año pasado los siniestros viarios en Galicia fueron 486, con seis fallecidos, 21 trasladados al hospital y 131 heridos que no requirieron hospitalización. Es decir, el confinamiento en la comunidad hizo caer en picado la accidentalidad, con un 66% menos que la última quincena de marzo de 2019 y ningún muerto en el asfalto frente a los seis del mismo periodo del año pasado.

Los controles de la Guardia Civil para evitar desplazamientos por carretera salvo para trabajar o casos de urgencia han surtido efecto. Por provincias, Pontevedra y A Coruña, por este orden, fueron las que experimentaron un mayor descenso en la accidentalidad desde que se decretó el estado de alarma, un 78% y 72%, respectivamente. En total, 28 siniestros de chapa y pintura en la última quincena de marzo en las carreteras pontevedresas frente a los 127 de hace un año; y 42 en las vías coruñesas, que en 2019 había registrado 148. En la red viaria de Ourense y Lugo el descenso se queda por encima del 50%, con un volumen similar de colisiones o salidas de vía de carácter leve: 48 en el primer caso (-53%) y 47 en el segundo (-57%).

El balance del primer trimestre en el país, también deja una reducción de los accidentes mortales. En el conjunto del país entre enero y marzo se registraron un total de 219 fallecidos, un 13% menos que los 253 del mismo periodo en 2019. Galicia, junto con otras diez comunidades, reduce la siniestralidad mortal. En concreto, ocho muertos menos (14 este trimestre frente a los 22 del año pasado), lo que supone un descenso del 36,3%.

El último accidente mortal ocurrido en la red viaria se produjo el domingo día 15 de marzo en la A-6, a la altura de Culleredo. La conductora, una mujer de 43 años natural de Cee, falleció tras colisionar con los muros de una rotonda.