Sobre el papel, el PP afrontaba el ya aplazado 5-A en su peor momento electoral, pues en las elecciones generales de abril del año pasado había sido superado en Galicia por el PSOE por primera vez. En la repetición electoral del 10 de noviembre, los populares recuperaron algo de terreno para situarse por delante, pero en un empate a escaños. Sin embargo, el centro-izquierda se situó claramente por delante del centro-derecha.
La suma de votos de PSOE, En Común (Podemos y Esquerda Unida) y BNG superaba en 117.624 votos al bloque de PP, Vox y Ciudadanos, si bien estos dos últimos no obtuvieron representación.
Esa era la situación de partida, teniendo en cuenta las diferencias entre comicios generales y autonómicos, en los que el PP gallego presenta un plus, y teniendo en cuenta la barrera del 5% de votos impuesta por Fraga para acceder a un escaño.
