Las elecciones autonómicas del 5 de abril previstas en Galicia y Euskadi serán los primeros comicios suspendidos en España. La crisis sanitaria causada por el coronavirus ha motivado la imposición de restricciones a la circulación de personas por la vía pública durante dos semanas, el cierre de la mayor parte de negocios y empresas y la asunción de un estado de alarma. "Es poco razonable celebrar elecciones en este estado de excepción", reconoció ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras anunciar las líneas maestras del real decreto que impone un estado de alarma en España por segunda vez en la historia, aunque en 2010 se limitó a la intervención del tráfico aéreo por la crisis de los controladores.

Ejecutivo central, Xunta y partidos políticos gallegos son partidarios de la única salida posible en la actualidad, pues resulta inviable no solo la campaña, sino la propia logística para celebrar los comicios.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, puso esta opción sobre la mesa el martes y ayer reiteró que la jornada electoral "no está en la agenda" de su gobierno. Por primera vez esbozó algo más sobre su punto de vista en este terreno y abogó por plantear algún calendario alternativo dentro de dos semanas, cuando venza el período de estado de alarma, si bien el Gobierno central ha insinuado que esa excepcionalidad se prolongará más tiempo, para lo cual necesitará una autorización del Congreso de los Diputados que tiene asegurada, según avanzaron partidos como PP o Ciudadanos.

"Que pueda ser razonable hablar de fechas aproximadas a partir del plazo de 14 días es posible. En este momento no sabemos cómo se va a comportar la curva de incremento de las infecciones", expuso. Sin embargo, sí reclamó formalizar el aplazamiento de los comicios a comienzos de semana para apartar el asunto de la agenda y, sobre todo, tranquilizar al personal pendiente de este proceso, como las personas que deberían acudir a los colegios electorales, por ejemplo. "

Ahora queda abordar los flecos legales de una decisión sin precedentes y no prevista específicamente en el ordenamiento jurídico. Feijóo participar hoy en la videoconferencia de Sánchez con los presidentes autonómicos para coordinar esfuerzos.

Como pactaron el viernes, Feijóo se reunirá mañana, previsiblemente por vía telemática, con los líderes de PSdeG (Gonzalo Caballero), Galicia en Común (Antón Gómez-Reino), BNG (Ana Pontón) y Ciudadanos (Beatriz Pino). La Xunta ha invitado también al representante que Vox determine.

Una vez formalicen la opinión consensuada sobre la cancelación, volverá a contactar con Sánchez para abordar la decisión, escenario previsto también en Euskadi por parte del lehendakari, Íñigo Urkullu. "Ambos han quedado con los grupos políticos el lunes para evaluar la situación y decidir si proponen la cancelación o suspensión de las elecciones hasta que pasemos esta situación", reconoció el presidente del Gobierno en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. "Quedamos a la espera de cuál es la decisión que toman esos grupos y a partir de ahí actuaremos", añadió.

Sánchez, sin embargo, evidenció el pantanoso terreno legal que conlleva la cancelación de unas lecciones, pues dejó en manos de los presidentes gallego y vasco la decisión. "Creemos que es poco razonable celebrar elecciones el 5 de abril con estas medidas de excepción y con esta emergencia. En todo caso, es una competencia que corresponde a ambos y será lo que decidan", añadió.

La competencia de Feijóo y Urkullu es la de fijar la fecha electoral, pero no está contemplado en ningún texto legal, ni en la Constitución, la opción de aplazamiento.

La imposición del estado de alarma, aprobada ayer, era la única vía legal posible para abordar esa cancelación, al permitir suspender derechos fundamentales.

La voluntad política y la urgencia social son claras para aparcar las urnas y atender la gestión sanitaria y económica de la pandemia. Queda justificarlo legalmente