El caso Prestige sigue a la deriva. La instrucción por el mayor desastre medioambiental en aguas españolas fue un proceso largo y accidentado. Y en el juicio, que tardó casi diez años en celebrarse y se prolongó durante nueve meses, el tribunal eximió de cárcel y del pago de los daños a los tres únicos acusados: el capital del petrolero, Apostolos Mangouras, el jefe de máquina, Nikolaos Argyropoulos, y el único cargo público sentado en el banquillo, el entonces director de Marina Mercante, José Luis López-Sors. La sentencia, que declaró como responsable civil subsidiaria a la armadora del viejo monocasco, abrió así la puerta a una nueva batalla judicial que deberá librarse en Londres, sede de la aseguradora del Prestige. Pero el pleito final hace aguas, ya que el entramado del petrolero ha hecho movimientos para retrasar el proceso hasta finales de año. No será hasta diciembre, según el nuevo calendario manejado por fuentes próximas al caso, cuando arranque el pleito en el Tribunal Comercial de Londres. Y lo hará bajo el amparo jurídico del Brexit, ya que el 1 de enero de 2021 se hará efectiva la salida de Reino Unido de la UE y, en consecuencia, al quedar fuera del espacio europeo no se dispondría de mecanismos legales para recurrir ante la Justicia europea.

Los tribunales británicos han dado hasta el próximo mes de julio a las partes para que aporten documentación al proceso. Y no será hasta diciembre cuando arranque el juicio en Londres por los apenas 900 millones de euros de la póliza del seguro suscrita por la armadora, una cifra muy alejada de los casi 2.500 millones de euros fijados por la Audiencia de A Coruña. En consecuencia, el fallo definitivo por la marea negra llegará más de 18 años después de que fallos estructurales en los tanques del Prestige acabasen partiéndolo en dos frente a aguas de Fisterra en noviembre de 2002.

Pero la compañía aseguradora, London P&I Club, alegará que la armadora no había abonado las pólizas del seguro para eximirse de cualquier responsabilidad, según detallaron la semana pasada a este periódico fuentes próximas al caso. Por este motivo, la asociación ecologista Arco Iris, presente en el proceso judicial, reclama al Ministerio de Justicia español que emita una orden preventiva de embargo a todos los países de la UE contra los bienes en territorio europeo de la asegurado con el objetivo de cubrir los 1.000 millones de dólares de la póliza. Y es que el 1 de enero e 2021 concluye el periodo de transición para la salida de Reino Unido de la UE. Con el Brexit, iniciar este proceso fuera del espacio de la Justicia Europa supondrá trabas al no disponer de los mismos mecanismos legales para reclamar y, en consecuencia, se perderán instrumentos de cooperación jurídica que en la actualidad hacen más sencillo recurrir a los tribunales británicos.

La del Prestige no solo fue errática y suicida en el mar., también en los juzgados. Primero, en la fase de instrucción, con un juzgado pequeño como el de Corcubión que tuvo que lidiar con el sumario más prolijo de la historia gallega, los continuos cambios de juez, las múltiples ramificaciones internacionales, las anomalías en los peritajes y el desacuerdo de la mayoría de las partes personadas. Hasta nueve años tardó el juzgado de Instrucción de Corcubión en cerrar la fase inicial del caso Prestige, que ya hacía presagiar un juicio descafeinado y una sentencia que no finalmente no resolvió las controversias del proceso: cuál fue la causa del siniestro y qué opción hubiera sido mejor para minimizar el alcance del chapapote.

En el juicio celebrado en A Coruña, que tras nueve meses de sesiones dictó sentencia en noviembre de 2013, se eximió de cárcel y del pago de daños a los tres únicos investigados. Pero el fallo definitivo llegó de manos del Tribunal Supremo, que en diciembre de 2018 condenó a la aseguradora del petrolero a abonar las indemnizaciones con la póliza. Pese a que la factura roza los 2.500 millones, el seguro -según se apuntó al cierre del juicio- solo cubre mil millones de dólares -apenas 900 millones de euros-. Ahora, en pleno proceso de transición del Brexit, toca dar la batalla final en Londres, sede de la aseguradora.