La izquierda rupturista concurrirá a las elecciones autonómicas del 5 de abril en una única papeleta tras el acuerdo para sellar una coalición entre Podemos, Esquerda Unida, Anova y las mareas de A Coruña y Santiago, mientras En Marea renuncia a participar. El partido de Pablo Iglesias cumple su objetivo de abanderar la confluencia situando como a a su líder en Galicia, Antón Gómez-Reino, como candidato a la Xunta. Además, logra situar como marca electoral Galicia en Común, usada conjuntamente con EU en las últimas dos elecciones generales, en las que Anova no quiso acompañarlos. A ese nombre se le añadirá Anova y Mareas en la papeleta.

El pacto se concretó ayer a las 23.58 horas, dos minutos antes de que expirase el plazo para registrar coaliciones de cara al 5-A debido a las tensiones y dificultades para cerrar el reparto de puestos en las listas. La coalición se concretó tras años de continuas crisis internas y caídas electorales del autodenominado "espacio de unidad popular" que, por ejemplo, le costaron las tres alcaldías del cambio (A Coruña, Santiago y Ferrol). Paradójicamente, Podemos ha logrado llegar al Gobierno central este año.

El acuerdo establece un "equilibrio" entre las dos partes (Podemos y EU, por un lado, y Anova, Marea Atlántica y Compostela Aberta, por otro) a la hora de tejer las listas electorales, la dirección del grupo parlamentario y la asunción de los gastos electorales. Sin embargo, las tornas han dado un giro de 180 grados respecto a 2016. Entonces, Anova y las mareas se encontraban en posición de fuerza y doblegaron a Podemos, que asumió a regañadientes integrarse en el partido instrumental En Marea, diluyendo sus siglas, aunque luego operó como organización dentro del espacio común. Ese proyecto estalló en mil pedazos, dilapidando el apoyo ciudadano que lo situó como líder de la oposición.

Ahora es Podemos la pieza fuerte, pues a pesar de su pérdida de apoyos, forma parte del Gobierno central gracias a su coalición con el PSOE. Y ha conseguido que el acuerdo se ajuste a sus principales condiciones.

Las negociaciones apuraron al máximo el plazo legal y se centraron todo el día de ayer en el encaje de los nombres de cada bando en las candidaturas de cada provincia, cuestión abordada sin que se hubiesen celebrado primarias en las organizaciones. Las cúpulas colocaron a sus cuadros de espaldas a sus respectivos militantes.

Los cambios en un puesto de Pontevedra generaban un efecto en las A Coruña y viceversa, aspecto complicado por la autoimposición de listas cremallera paritarias, lo que enredó el acuerdo de organizaciones que, en el caso de Anova y EU, son socias desde 2012.

Podemos certificó su condición predominante con la candidatura a la Xunta de Gómez-Reino, que será el número 1 por A Coruña, mientras la líder de EU, Eva Solla, encabezará la candidatura por Pontevedra y el exdiputado de En Marea David Bruzos, la de Ourense. A Anova le correspondería el 1 de Lugo, pero no desvelaron quién será el elegido.

Al cierre de esta edición, los partidos no confirmaron el reparto de puestos, Martiño Noriega había renunciado a ir en las listas tras ser relegado al tercer puesto por A Coruña a cambio de situar como número 2 a Marta Lois, edil de Compostela Aberta. Su paso atrás y la no inclusión de Antón Sánchez en los puestos de salida iba a dejar a Anova sin ninguno de sus referentes en puestos de salida, por lo que se daba por segura la inclusión de uno de los dos en el tercer puesto. Pero ningún partido lo confirmó.

En el caso de Pontevedra, tampoco se aclaró si a Solla lo seguirían Marcos Cal (Podemos) y Oriana Méndez, edil de Marea de Vigo. Sus puestos dependían de la lista coruñesa.

El pacto de coalición se había enquistado hace días y Anova reveló que barajaba ir en solitario con las marea. Para desbloquearlo intervinieron el líder morado y vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, y el fundador de Anova, Xosé Manuel Beiras. Ambos conversaron el miércoles, pero sin llegar a un acuerdo. Este último quería que Noriega fuese el candidato a la Xunta. No lo logró.