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El Sergas se propone facilitar descanso y aseo a familiares de ingresados

Promoverá convenios para que parientes de pacientes que vivan lejos puedan acceder a estos servicios

Trabajadores sanitario en un hospital. // Iñaki Osorio

A la preocupación de tener a un familiar ingresado en el hospital, se añade muchas veces el desgaste provocado por horas de acompañamiento en el centro en las que es complicado descansar o incluso el asearse. La Consellería de Sanidade ha pensado en ello y una de las acciones que integran su Estratexia de Humanización da Asistencia Sanitaria tiene como objetivo el "facilitar recursos residenciales para familiares de personas ingresadas".

No se trata tanto de que esos parientes puedan echarse una cabezada en alguna sala disponible del hospital, sino de proporcionar información sobre qué opciones hay en el entorno que pueda utilizar el interesado si lo desea, pero también de "promover", según consta en el documento, "la realización de convenios con entidades de distinta naturaleza para el desarrollo de recursos residenciales de apoyo". De hecho, el texto señala que "existen convenios con distintas entidades que proporcionan este servicio".

Otro de los quebraderos de cabeza de las familias es la incertidumbre horaria al esperar a conocer las novedades o los datos sobre la evolución del paciente. El Sergas plantea fijar un horario de información y que esta se facilite "con garantías de confidencialidad". Para ello sugiere utilizar lugares más privados. El Sergas constata que existen en sus centros "multitud" de espacios sin uso u ornamentales y plantean abrirlos para familiares, pacientes y profesionales, adecuándolos tanto con destino lúdico-recreativo para niños y para adultos. Espacios similares también podría utilizarse, apuntan, para actividades de vida saudable (bicicletas/pedales estáticos, cintas de marcha...). También en centros de salud.

Se prevén además, para quienes están a la espera de saber qué ocurrirá con un familiar en urgencias, UCI o quirófano, lugares "donde guardar las pertenencias durante la estancia con la persona enferma", donde "cargar dispositivos electrónicos", proximidad de fuentes de agua o servicios de vending... Otro detalle para quienes esperan durante la intervención de un amigo o familiar será el darles cierta libertad de movimientos: no tendrán que quedarse en una sala hasta que lleguen noticias, sino que recibirán mensajes "periódicos".

Pero para quienes esperen en general, o para los ingresados, el Sergas va más allá y estudia facilitar acceso a entretenimiento (bibliotecas, juegos de mesa y habilitar wifi en todos los centros). Eso sí: deberán descansar cuando toca. El Sergas se propone hacer mapas de ruido de cada centro para minimizarlo y una parte pasa por concienciar a personal, pacientes y familiares de su incidencia en la salud.

Por otro lado, se reservará un espacio para el "duelo" para humanizar el proceso de atención al final de la vida. Hasta se analiza si convocar a voluntarios para acompañamiento de pacientes o de familiares que precisen apoyo" en estos casos, pero también en general cuando, tras evaluarlos, se constate que precisan apoyo emocional. Se contempla incluso la posibilidad de derivación a una consulta de psicología clínica.

Para humanizar el servicio, los profesionales son fundamentales. Tanto los que ejercen -para los que Sanidade ofertará formación en aspectos de bioética, comunicación o emociones- como para quienes aprenden. Se trata, explica el documento, de que el futuro personal sanitario "incorpore habilidades que le faciliten una relación humana con el restante personal, pacientes y familiares" y una "comunicación afectiva y efectiva". Para ello, proponen acuerdos con las tres universidades y Educación, para introducir formación "en competencias humanistas" y que aprendan a afrontar situaciones complejas que puedan afectarles. También en FP.

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