La ola de incendios de 2017 devoró casi 50.000 hectáreas de monte. Es como si las llamas hiciesen desparecer del mapa a 12 ciudades del tamaño de A?Coruña o cinco de la extensión de Vigo. Para reparar los daños ocasionados por la virulencia de los incendios y regenerar el terreno abrasado, la Xunta aprobó un convenio marco dotado con 23 millones. En la lista de actuaciones de recuperación, en las que se invirtieron seis millones: consolidación de suelos, siembras regenerativas, eliminación de madera quemada, aprovechamiento de madera y mejora de infraestructuras forestales. En total, más de 90.000 metros lineales de distintos tipos de infraestructuras, desde caminos y cunetas hasta el arreglo de albarradas y cierres agrícolas.

Desde la Consellería de Medio Rural defienden su modelo de gestión forestal "activo y sustentable". "La Xunta trabaja de lleno en la lucha contra los incendios, antes, durante y después de que se produzcan. Se presta especial atención a su prevención, pero también a su extinción y a las labores de recuperación', apuntan desde el departamento que dirige José González.

En este sentido, para prevenir la erosión de las tierras tras la ola de incendios de hace más de dos años, la Xunta destaca los trabajos de recuperación en Vigo o el área de Ponteareas, donde se acometió la regeneración ambiental y la restauración de la masa forestal.

También se creó un registro de frondosas autóctonas y se estableció una línea de ayudas para forestación (8 millones). Entre las novedades de estas subvenciones, destaca la ampliación de las especies frondosas que pueden ser objeto de ayuda (de diez pasan a 21), así como se permite forestar con coníferas y frondosas los terrenos ocupados por eucalipto con un diámetro normal medio inferior a 10 cm. Además, se fomenta la creación de nuevas masas de pino del país con repoblaciones de alta calidad genética.

Otro de los aspectos clave que destaca Medio Rural como medida de su departamento para combatir la degradación del suelo es la movilización de tierras.

O Courel, Sober, Os Ancares, Cualedro, Arnoia, Crecente, Ferrol, Val de Lemos... Son algunas de las localidades en las que se llevaron a cabo iniciativas para proyectos de movilización de tierras en diversos sectores productivos (soutos tradicionales, prados, zonas de pastoreo, pimientos IXP, viñedos, huertas).