Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Interinos permanentes

Tienen vidas laborales de 20 páginas y algunos trabajan de forma temporal hasta la jubilación

Interinos permanentes

La interinidad, en vez de un estado profesional transitorio hacia la estabilidad, se ha convertido en un modo de vida no deseado. Para algunos, incluso hasta el último día de su etapa laboral. Es el caso de un profesor, que prefiere mantener su anonimato, que el pasado 10 de enero se jubiló tras nada menos que 38 años de servicio como educador, siempre con trabajo temporal. Es un ejemplo llamativo, pero real, y, sobre todo, muy presente. Un sueño recurrente que, en ocasiones, amenaza con convertirse en pesadilla para todo un colectivo que, tras aprobar unas oposiciones, anhela un puesto laboral fijo.

Enrique Cardona, profesor de Historia en Educación Secundaria Obligatoria (ESO), de 41 años, se presentó por primera vez a unas oposiciones en 2004. Entonces, aprobó, pero se quedó sin plaza. Así, hasta en dos ocasiones más. "El primer año, cubrí dos sustituciones; el segundo, ocho. Hasta que en 2006 me nombraron interino, por fin. En mayo, hago 15 años de servicio", dice.

En la actualidad, se estima que hay 3.173 profesores interinos como él en la Xunta. El objetivo de las siguiente Oferta de Empleo Público (OPE) -la mayor en años- es estabilizar un total de 1.143 plazas. Es decir, un tercio de los trabajadores eventuales, para reducir la tasa de temporalidad en el ámbito de la enseñanza. La saturación es similar en otro de los campos, junto con la educación, más afectados: la sanidad. Especialmente, las enfermeras y los enfermeros. Judit Fernández, de 36 años, trabaja para el Servicio Gallego de Salud (Sergas) desde 2004, encadenando infinidad de contratos: "Mi vida laboral tiene unas 20 páginas".

Enfermera o profesor, la inestabilidad, económica y emocional, es el factor común. Por ello, Cardona todavía no se ha atrevido a ser padre: "Si hubiera sacado plaza en su momento, yo ahora tendría hijos, por supuesto. Tampoco me compré una casa porque no sabía a dónde iba a ir". Fernández, por su parte, sí quiso arriesgarse. Es madre desde hace diez meses: "Me arriesgué porque era ahora o nunca. Si me lo pienso más, no lo tengo". Eso sí, para adquirir una vivienda, sus padres tuvieron que avalarla cuantiosamente.

Ella, al igual que Cardona, ha superado todos los exámenes que ha realizado -en su caso, cuatro-. No obstante, y para su desgracia, su infortunio también es compartido. La última oportunidad tuvo lugar el pasado mayo, una fecha que trascendió porque cuatro enfermeros alquilaron un avión privado para poder examinarse en dos oposiciones el mismo día. Unas, en Pontevedra, y otras, en Madrid. Fernández todavía espera el resultado. "En esta última, creo que tengo suerte, pero hasta que no se sepa...", cuenta. Para esa convocatoria, en Galicia se ofertaron 830 plazas para un total de 8.738 aspirantes.

En todos estos años, Cardona ha firmado la cifra de 31 contratos. Su periodo de mayor estabilidad fue entre 2008 y 2012, en el IES Ramón Cabanillas, de Cambados, aunque la revisión contractual se realiza mes a mes. Ocurrió por una baja, como sucede casi siempre: "Fue por una persona con problemas de espalda. Cada tres semanas, me decía que ya estaba mucho mejor. Pero llegaba fin de mes y le prolongaban la baja. Así estuve los dos primeros años, con la mosca detrás de la oreja, un poco acojonado". Curiosamente, desde el pasado 17 de septiembre ha vuelto a trabajar en ese mismo centro. Eso sí, la noticia de que tenía que trasladarse hasta allí se la dieron apenas dos días antes. "Tienes que cambiar tu vida entera, moverte de un lado para otro... ¡Te mandan a la otra punta de Galicia y búscate tú la vida! A los profesores de Primaria, los avisan el 31 de julio, un mes antes", asegura el ferrolano.

Este profesor de Historia ha pasado ya por un total de 16 institutos de toda la comunidad autónoma (sin contabilizar las estancias en centros repetidos). "Donde menos estuve es en la zona de Ourense; solo fui a Ribadavia. Por aquí (Cambados), estuve un montón de veces. También en Vilalba, Lugo, Pontedeume, A Coruña, Santiago... Y yo tengo suerte, porque tengo compañeros que se conocen todas las carreteras comarcales de Galicia".

El caso de Fernández no dista demasiado. Su mejor época tuvo lugar en Rianxo, donde cotizó 1.027 días consecutivos. Aunque, como eventual, llegó a ser contratada únicamente por media jornada. "Tienes que estar pendiente a todas horas. A mí, me tienen llamado a las ocho y media para estar en el hospital a las ocho. Y, corre, porque no puedes negarte a ir", revela esta enfermera que actualmente ocupa el puesto 124 de 1.496 en la bolsa de trabajo, el mismo que tiene que revalidar en cada proceso selectivo. Ahora, acumula más de un año seguido en el Hospital Clínico de Santiago, pero se ha recorrido "todos" los del área, también los centros de salud. "Tu vida es el Sergas. Te pasas el día pegada a un teléfono. Yo me lo llevaba al baño, igual que todos. Y ojo con perder la cobertura", finaliza.

Judit Fernández - Enfermera, 36 años

"Te pasas la vida pegada a un teléfono. Yo me lo llevaba al baño, igual que todos"

Enrique Cardona - Profesor, 41 años

"Si hubiera sacado plaza, ahora tendría hijos. Tampoco me compré una casa"

Compartir el artículo

stats