La Xunta ha congelado este año, por cuarta vez consecutiva, los fondos destinados a la financiación de los gastos de funcionamiento de los sindicatos. La cifra se mantiene así en casi 1,1 millón de euros desde 2017, cuando se incrementó en 300.000 euros tras los siete ejercicios anteriores en los cuales se aplicaron recortes constantes en estas subvenciones. El montante actual se mantiene en la mitad que en 2010, cuando por entonces la cuantía destinada a las centrales sindicales ascendía a 2,125 millones de euros.

Estos fondos están destinados al gasto ordinario de las centrales sindicales, así como a la formación de sus cuadros. Su reparto se hará mediante una convocatoria cuyas bases se publicaron ayer en el DOG tras pasar primero por el dictamen del Consello Galego de Relacións Laborais.

Los sindicatos se quejan del descenso continuado de los fondos desde el año 2011 y de que se hayan congelado en los últimos cuatro ejercicios.

Por su parte, y otra vez, la patronal se queja ante el Consello de Relacións Laborais de no poder acceder a estas partidas, lo que provoca que "se conculquen los principios de igualdad y paridad que deben observarse en la siempre delicada composición de intereses que representan las relaciones laborales", según indica la Confederación de Empresarios de Galicia.

"Es incuestionable el papel fundamental que cumplen las organizaciones sindicales, pero exactamente en el mismo nivel es necesario situar a las organizaciones empresariales. De este modo, si ambas cumplen una función fundamental como garantes de la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales de personas trabajadoras y empresas, resulta totalmente injustificado que existan subvenciones específicas únicamente para una de las partes", lamenta la patronal gallega.

Ante esta opinión de los empresarios, los sindicatos, también en el dictamen del Consello Galego de Relacións Laborais, sostienen que el argumento de la CEG está "ciertamente desenfocada" y recuerdan la existencia de múltiples partidas presupuestarias que se entregan en exclusiva a las organizaciones empresariales, "que suman un montante muy superior al previsto en la convocatoria para las centrales".

La irrupción de la crisis y la continua merma de los presupuestos por la reducción de los ingresos, llevó a la Xunta a recortar también la subvenciones reservadas para financiar el funcionamiento interno de los sindicatos. El techo se marcó en el año 2008 con 2,325 millones de euros.

Al año siguiente la partida se congeló y en 2010, la cuantía se rebajó a 2,125 millones y a partir de entonces ya no dejó de recortarse de forma continua hasta llegar a menos de un millón con que contaron el año 2016.