El Ejecutivo gallego mantendrá en 2020 el bono social eléctrico, una ayuda que la Xunta aporta a las familias en riesgo de exclusión para abonar el recibo de la luz y evitar los cortes de suministro por impago.

El Gobierno central contribuye con el 40% de la subvención mientras que la empresa suministradora se hace cargo del 10% del recibo. Y la Xunta asume el 50% restante, con una máximo de 300 euros al año que puede ascender a 450 en el caso de familias numerosas. Este año se concedió el bono eléctrico a 3.908 beneficiarios, mientras que en 2018 fueron 1.432.

La convocatoria de ayudas se abrirá en enero y la podrán solicitar las familias más vulnerables, para lo que es necesario previamente que así las califiquen los servicios sociales. No vale que una persona la solicite por iniciativa propia si no tiene ese reconocimiento oficial.