La Audiencia Nacional celebró ayer el juicio a la gallega detenida el pasado verano por un presunto delito de autoadoctrinamiento yihadista. Esta mujer, L.E.C. , natural de Viveiro, alegó que "no tenía intención" de cometer ningún atentado y justificó que buscó información "bélica" en internet porque "se sentía sola" y estaba "enganchada al móvil". "Todos nos enganchamos, ya sea al tabaco o a las drogas, a mí me dio por estar constantemente mirando el movil", señaló.

El fiscal pide para la acusada dos años y y dos meses de prisión con el atenuante de trastorno de la personalidad con rasgos de excentricidad.

Las fuerzas de seguridad le encontraron cientos de imágenes y documentos con contenido radical y un testigo denunció que la acusada le había comunicado que tenía intención de cometer un atentado el 25 de julio en Santiago que iba a ser similar a los ataques de Barcelona. "Buscó modelos de furgonetas e hizo consultas relativas al mapa de la ciudad", aseveró el ministerio público.

La acusada reconoció que tenía la foto de Daesh en su perfil de Facebook pero aseguró que no sabía a qué se dedicaban. "Yo no vivo allí, en Siria o Irak, es que no los conozco", expuso ante el juez.

También admitió haber buscado contenidos yihadistas pero aseguró que lo hizo para entretenerse. "En un momento me sentí sola y empecé a buscar y a buscar... Pero no me acuerdo qué estaba buscando concretamente", explicó. "No tenía la intención de hacer nada de lo que se me acusa", añadió.

El fiscal, en todo caso, subrayó que la pena que pide para L.E.C. no es por el "hipotético riesgo de lo que podía hacer" sino porque ha sido "influenciada en un comportamiento de absorción masiva de información que ella misma llama bélica". "Este proceso de autoadoctrinamiento fue consumado y realizado", concluyó la Fiscalía.

Preguntada por qué remitió una carta a un preso que se encontraba en la cárcel de Lugo y que estaba en especial seguimiento al ser una persona radicaliza asegura que no sabe por qué lo hizo. "Me dio por ahí", dijo. "No tengo la cabeza del todo bien, no recuerdo las cosas", le comentó al fiscal.

Dos médicos forenses explicaron que la acusada sufre trastorno de personalidad de tipo excéntrico y que cuando la entrevistaron reflejó fanatismo al decir que era musulmana.