La asociación Libera! y la Fundación Franz Weber denunciaron ayer la presencia de dos caballos atados a árboles en malas condiciones en una finca de Ponteceso (A Coruña), ambos sin refugio ni agua.

Según aseguran, se trata del segundo caso en menos de un mes en el que "se localizan caballos inmovilizados de forma continuada, sin cumplir con la normativa vigente de bienestar animal y presumiblemente sin estar debidamente identificados con microchip, como obliga la legislación".

Estas prácticas, advierten, "suponen un sufrimiento continuado a los caballos", ya que limita sus movimientos y puede llegar a provocar daños psíquicos.

Las ONG ya han trasladado el caso a la Consellería de Medio Rural y reiteran su exigencia de una Ley de Protección Equina "que reúna todas las diferentes normas que se relacionan con la protección y bienestar de los équidos de la comunidad, y que ahora están distribuidas en diferentes decretos".

Para lograr su objetivo FFW y Libera! buscan firmas en la plataforma de cambio social Change.org, donde ya han cosechado más de 168.000 apoyos hasta este momento.

Tener caballos en esas condiciones, atados con cuerdas o con las denominadas "trancas" o "pexas" puede estar considerado como un delito de maltrato animal y ya en 2013 los juzgados pontevedreses impusieron las primeras penas de prisión por ello.