Mientras el Ministerio de Sanidad no autorice a algún hospital gallego a administrar las terapias más vanguardistas contra el cáncer, las denominadas CAR-T, que utilizan las células del paciente para eliminar las tumorales, especialistas calculan que medio centenar de enfermos tendrán que desplazarse cada año desde la comunidad para beneficiarse de las posibilidades que les brindan, con las molestias que eso conlleva. Por ahora, y teniendo el cuenta los centros que ya recibieron el aprobado del Ejecutivo central, el punto más cercano estaría en Salamanca.
Sin embargo, ahora el Gobierno se ha mostrado dispuesto a abrir la mano y a "flexibilizar" los criterios para que los hospitales gallegos ofrezcan esa posibilidad, como apuntaron ayer desde la Xunta. La cuestión es cuándo lo hará, como destacó ayer el conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña, quien urgió en el encuentro en el consejo interterritorial de Sanidad a "que sea lo antes posible" porque, si tener que recorrer "muchos kilómetros" para desplazarse a otra comunidad ya supone una molestia para cualquier enfermo, el hecho de que estas terapias ahora mismo sean "fundamentalmente del ámbito infantil", es decir, con niños como pacientes, vuelve "todavía más penoso para las familias" el tener que moverse.
El titular de Sanidade gallego incidió ayer en que a la hora de escoger qué hospitales pueden administrar estos tratamientos, lo que se debe tener en cuenta no es tanto la "cantidad" -porque es un criterio, alega, que perjudica a las autonomías más pequeñas- como la "calidad" de la atención que se oferta, sus "resultados". En el caso de Galicia alega que los hospitales que se postulan para ofrecer las terapias están haciendo ya trasplantes alogénicos, de ahí que se entienda que existe una "capacidad" para hacer frente a estos casos, y también para tratar "cualquier complicación" derivada de esas terapias. "Estamos haciendo las acreditaciones correspondientes", explicó.
"Se nos plantea la posibilidad de hacer más flexibles los criterios y se nos dice que sí, pero no hay fecha para esa flexibilización", lamentó ayer el conselleiro tras la reunión de Madrid, donde también hizo hincapié en la necesidad de acompañar estas nuevas terapias de la financiación necesaria. Hace casi un año, cuando por primera vez se conoció el interés de Galicia por ofrecer los tratamientos más vanguardistas contra el cáncer, la Xunta estimaba el coste por cada uno de estos tratamientos en el entorno de medio millón de euros y ya pedía fondos y debatir sobre financiación, un aspecto en el que insiste.
Vázquez Almuiña puso como ejemplo un fármaco desarrollado desde la comunidad de Madrid sobre el que ayer se debatió. Se trata del NC1, primer medicamento de terapia avanzada cuya titularidad es un hospital público -el Puerta del Hierro, de Madrid- e incluido desde el 1 de octubre en la prestación farmacéutica del SNS. Se propuso que se facture de autonomía a autonomía, pero el conselleiro apeló a que el Ministerio de Sanidad también "colabore". "Da igual el color político" de la autonomía, remachó el conselleiro, "necesitamos financiación".
No opina lo mismo la ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo, quien proclamó ayer: "Las comunidades tienen la obligación de financiar todos los medicamentos que se incorporen a la cartera de servicios y, por tanto, la financiación de este fármaco, como de las terapias CAR-T formarán parte del sistema de financiación autonómica".
El conselleiro también echó de menos una memoria económica en otro de los temas abordados ayer en el Consejo: el plan del Alzheimer. Vázquez Almuiña concedió que la Xunta le ha dado su beneplácito porque se han aceptado sus alegaciones, como focalizar la fase final de las demencias en el ámbito social más que en el asistencial y trabajar en su diagnóstico e identificación precoz.
En el encuentro, la ministra también le trasladó a las comunidades el plan de contingencia elaborado por el Gobierno ante el Brexit. El conselleiro apuntó que Galicia ha pedido aumentar los puestos de inspección en la comunidad por la pesca en caladeros británicos.
