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Foro La Toja y La clausura

Sánchez se desmarca de una gran coalición y defiende el "multipartidismo" ante el bloqueo

El presidente del Gobierno clausura el Foro La Toja con un llamamiento a apartar a los independentistas de la gobernabilidad - Promete firmeza contra el "atropello arancelario" de Trump a los productos españoles

Foto de familia de la clausura del Foro La Toja celebrado en la isla de A Toxa. // Miguel Muñiz

El fracaso de la investidura ha prevenido a Pedro Sánchez de encasillarse en uno de los bloques que constriñen la vida política en España. El presidente del Gobierno aprovechó ayer su intervención en la clausura del primer Foro La Toja-Vínculo Atlántico para señalar que en el amplio abanico de soluciones políticas puede encontrarse la solución a la parálisis. "El multipartidismo lo deciden las personas con su voto, y por tanto bienvenido sea. Lo que no es bienvenido es el bloqueo". Su mensaje, además de dejar abiertas todas las vías de pacto para después del 10 de noviembre, es también una enmienda al coloquio protagonizado veinticuatro horas antes por Mariano Rajoy y Felipe González. Mientras los expresidentes apostaron por un gran acuerdo entre PP y PSOE para aportar estabilidad, Sánchez, sin renunciar a esa necesaria unidad de acción, reclamó "asumir el resultado" que salga de las urnas.

Casualmente, las palabras de Sánchez fueron pronunciadas minutos después de que Albert Rivera deslizara en Madrid su intención de levantar el veto al PSOE. A los socialistas, pues, se le amplía el campo de las alianzas. Con la formación naranja abierta a explorar un entendimiento, y el puente con Unidas Podemos que supone la irrupción en escena de Íñigo Errejón (Más País), el presidente en funciones afronta una campaña con la ventaja de tener varias cartas en la baraja. Ayer, aclaró que ni el partido que salga vencedor del 10-N puede "imponer" su programa, ni los perdedores pueden frenar "en los despachos lo que las urnas les han negado".

En lo que sí coincidieron Sánchez y los expresidentes -junto con la mayoría de asistentes al Foro- fue en la necesidad de forjar un gobierno sólido. Más aún, ante el recrudecimiento del movimiento independentista y la sentencia del procés a la vuelta de la esquina. En ese sentido, el jefe del Ejecutivo instó a quitar al separatismo la llave de la Moncloa. "No podemos hacer que el independentismo tenga más influencia de la que ya tiene en la gobernabilidad".

Después de advertir de que no le temblaría la mano para aplicar el 155, el líder de los socialistas intensificó su crítica a la deriva de la Generalitat. A su "fracaso" como proyecto, sustentado en una idea "falsa y excluyente de la identidad y la democracia", y también a su incapacidad para hacer carburar la economía local, cuyo pulso (en empleo, inversión o ahorro) no es el de antes del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. "El reto en Cataluña no es independencia sí o no: el reto es convivencia sí o sí", sentenció, recuperando su conocido eslogan.

Sánchez explicó a un público nutrido de empresarios y cargos con galones políticos -entre ellos, rostros relevantes de su partido, como Abel Caballero, Gonzalo Caballero, Carmela Silva o Xosé Sánchez Bugallo- un proyecto anclado en seis ejes (digitalización, igualdad, educación, justicia social transición ecológica o la financiación), que no se arredrará si tiene que plantar cara a la incertidumbre comercial. El último caso es la batalla fiscal de Trump a varios productos españoles, como el jamón o el aceite de oliva. "Mi responsabilidad es defender al sector agroalimentario ante cualquier tipo de atropello arancelario", abrochó.

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