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Rajoy y González reivindican la centralidad ante el bloqueo político: "En la situación actual, los dos seríamos Churchill"

Los expresidentes, protagonistas en el Foro La Toja, demostraron su sintonía en una visión de Estado moderada y llamaron a superar la ingobernabilidad

Felipe González y Mariano Rajoy, juntos en el Foro La Toja. // Salvador Sas

Entre ambos suman más de dos décadas en la presidencia del Gobierno y ahora, mientras amenaza de nuevo el espantajo del bloqueo político en España, se les escucha con atención y un punto de añoranza. Mariano Rajoy y Felipe González no defraudaron a quienes preludiaban que su conversación -la primera conjunta— iba a ser el plato fuerte del Foro La Toja. ¿Discrepan? Sí, ¿sobre cuestiones fondo? Apenas. Uno y otro, popular y socialista, guardianes de las esencias en sus respectivas tribus, hicieron gala de concordia, de análisis con perspectiva de Estado, y hasta de un cierto compadreo entre ambos. Pero sobre todo se distanciaron del cainismo que marca el ritmo de la política contemporánea. "En la situación actual, los dos, como mínimo, somos Churchill", resumió González, que llamó a sacudirse el "sentimiento trágico de la existencia", tan adosado a España, para abordar los retos actuales.

El expresidente socialista (1982-1996) reclamó la necesidad imperiosa de formar un ejecutivo tras las elecciones del 10 de noviembre. "Si es mayoría, mejor", incidió, pero si no fuera posible, con pactos con el resto de formaciones para "temas fundamentales", siguiendo el ejemplo del gabinete de Costa en Portugal. El exmandatario popular (2011-2018), por su parte, matizó esa idea: "No se puede gobernar si no tienes mayoría". Al menos, sin un acuerdo de legislatura. "Pretender gobernar sin mayoría, sobre todo si tienes 120 o 130 (escaños), no es posible, yo lo tengo clarísimo", insistió durante la charla, moderada por Miriam González, abogada especialista en derecho comunitario.

Donde tampoco coincidieron Rajoy y González es en si ambos se hubiesen puesto de acuerdo, a través de una gran coalición, para solventar la parálisis. "Él sí; yo no", descargó primero González. "Ha acertado", le suscribió el popular. Rajoy, de hecho, recordó las dos ocasiones en que propuso al PSOE un gobierno de las dos grandes formaciones (en 2015 y 2016), aunque con escaso "éxito".

Aún así, aquel gabinete fue capaz de sacar adelante dos presupuestos con el aval de Ciudadanos y partidos minoritarios."Con esos seguimos, ¡seguimos con los presupuestos de Montoro!", chanceó González, quien también cargó contra la ingobernabilidad. "Los partidos que no tienen la posibilidad de formar gobierno, no pueden impedirlo", apuntó.

Cataluña

Al margen de la gobernanibilidad, y de los muchos otros asuntos que abordaron durante el coloquio -desde los retos de la economía digital, hasta el papel de España en el mundo—, el desafío catalán, de nuevo en efervescencia, acaparó buena parte del interés. Especialmente, ante la proximidad de la sentencia del procés.

Rajoy asumió que el fallo del Supremo "tendrá consecuencias políticas" contra las que "nada" se puede hacer, pero también hizo una reivindicación de los "instrumentos" que tiene la democracia española "para defenderse cuando es atacada". El más severo, el 155, que aplicó en 2017 con apoyo del PSOE y Cs.

"Hay cierto fracaso de la política cuando todos los presentes estamos pendientes de lo que decida el juez Marchena", lamentó en su turno González, que confesó haber hablado con Rajoy de este asunto: "Hemos hablado muchas más horas de lo que nadie se imagina: si el presidente del Gobierno me llama, estoy disponible". González también recalcó que la excepcionalidad del 155 no está en el lado del Estado, sino en la "deslealtad" de quienes lo fuerzan y aseguró que todo reconocimiento de la singularidad catalana como nación debía ir precedida de otro sobre España como un espacio "que nos incluye a todos".

En el diálogo sobre una reforma constitucional es donde se escenificaron las dos visiones de los expresidentes. Mientras González, que elogió la "resiliencia" de la Carta Magna, apostó por estudiar una reforma mientras no afecte a la igualdad de derechos y obligaciones entre españoles, Rajoy, fiel a su estilo, apostó por contemporizar. "En la situación en la que estamos donde ni siquiera somos capaces de formar un gobierno, no sé dónde iba a terminar. Comprendo que esto no es muy emocionante, pero muchas veces en la vida decir que no es necesario, y no tomar ninguna decisión, también", dijo, en uno de los momentos de aplausos y carcajadas del auditorio. En el sentido del humor, y con respecto a sus sucesores, Rajoy y González también demostraron estar en otra esfera.

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