La conselleira de Educación, Carmen Pomar, especialista en la materia, será la encargada de presentar hoy a los orientadores en una jornada formativa en Santiago el "Protocolo para a atención educativa ao alumnado con altas capacidades intelectuais", un documento que subraya que la intervención con superdotados debe conducir a desarrollar las potencialidades de estos alumnos, pero "evitando un excesivo nivel de esigencia y un desajuste en las expectativas".

Hasta dos veces realiza esta advertencia un protocolo que busca facilitar el identificar estudiantes precoces, con talento o superdotados, en función del tipo de alta capacidad, en un caso a los docentes y, en otro, a las familias, con las que el centro debe "coordinarse" y a las que la Xunta también aconseja favorecer un ambiente "variado" en estímulos, fomentar la "autonomía" o hábitos de trabajo o el evitar "comparaciones indebidas" con otros niños, aspecto que también sería de aplicar al propio centro.

Este, según el documento, "guía" para que los docentes detectan los casos de altas capacidades y sepan cómo gestionarlos en el aula, tendrán que recoger en su plan de atención a la diversidad las medidas para estos alumnos o tener en cuenta la atención que precisan -desde currículos "personalizados" a adelantos de curso- a la hora de organizar la distribución del profesorado. Al docente le tocará fomentar buen clima en el aula, intervenir ante prejuicios, compaginar actividades de su cosecha con otras de libre elección del alumno o generar confianza en el estudiante para que exponga sus opiniones, dada su divergencia en el pensamiento.