Galicia es una de las zonas más amenazadas por el declive demográfico. El mapa de la Galicia vacía suma ya más de 2.000 núcleos abandonados, más de 10.000 aldeas con menos de 10 vecinos y uno de cada tres concellos al borde de la desaparición. Pero en los últimos años son cada vez más los lugares desérticos de la comunidad que cuelgan el cartel de "Se vende" y cuyos nuevos inquilinos consiguen repoblar y dar un impulso económico. En la actualidad, la comunidad gallega cuenta con 41 aldeas abandonadas en venta: 17 en Lugo, 16 en a de A Coruña, 6 en Ourense y dos en Pontevedra.

Este balance convierte a Galicia en la comunidad que oferta un mayor número de núcleos de población fantasma a la venta en España, según el portal especializado aldeasabandonadas.com. En total, son 111 las propiedades de este tipo en busca de comprador en toda la geografía española, lo que supone que el 37% de este tipo de bienes en venta se concentran en la comunidad gallega. En el segundo puesto del ranking se encuentra Cataluña, con 17, la misma oferta que suman juntas Andalucía y Extremadura. A continuación, se colocan Castilla-La Mancha y Castilla y León con diez entre ambas; Asturias, con 9 y La Rioja y Aragón, con 7. Tanto la zona de Levante como Baleares y Canarias presentan dos aldeas abandonadas a la venta.

Tras el estallido de la crisis, varios reportajes en canales internacionales que se hicieron eco de la venta aldeas abandonadas a precio de ganga despertaron el interés, sobre todo de ciudadanos británicos, franceses o alemanes, pero también de rusos, chinos, norteamericanos o canadienses.

La mayoría de estas propiedades en Galicia están ubicadas en enclaves privilegiados, en plena montaña o con vistas al mar. Se anuncian como lugares idílicos que pueden llegar a adquirirse por menos de lo que cuesta un piso de 70 metros cuadrados en plenos centro urbano. Las propiedades más baratas de la comunidad se encuentran en A Coruña: una aldea con casa de piedra con 1.300 metros cuadrados de finca, cuadra y horno de pan por 46.000 euros en Negreira y un conjunto de casas para restaurar y terreno en A Costa da Morte rebajado de 87.000 a 52.000 euros. Por el contrario, el precio más elevado lo ostenta una aldea en Lugo de 65 hectáreas frente al mar por 2,6 millones de euros. Le sigue en la tabla de mayor desembolso en la comunidad un conjunto rural de aldea en Santiago, a 900 metros de la Catedral, por 1,5 millones.

Los nuevos moradores buscan en el rural gallego una segunda vivienda o incluso el destino para su jubilación, alejado del saturado mercado inmobiliario del Levante.

Una de las últimas adquisiciones en Galicia la hizo un académico que reside en Berlín. Dennis se hizo con un complejo de cuatro hectáreas compuesto por cinco edificaciones bautizado como Aldea Ferrería. El proyecto, que se inició ya en 2018, pretende constituir ahora una asociación sin ánimo de lucro para organizar talleres y actividades dirigidas al trabajo intelectual y artístico, ajeno a las instituciones académicas y artísticas habituales. Se trata, según apuntan desde el portal aldeasabandonadas.com, de un tipo de heterotopía, "exclusivo en el mundo que se crea en España", en el que la gente trabaja desde "un contexto de intercambio intenso sin las distracciones de la ciudad".